Página 339 - Consejos para los Maestros (1971)

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Una rápida preparacion para el trabajo
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obrar. No estimuléis a los alumnos que vienen a vosotros preocupa-
dos por la obra de salvar a sus semejantes, a pasar de un curso de
estudios a otro. No alarguéis a muchos años el tiempo que necesitan
para educarse. Al hacerlo, les dais la impresión de que hay bastante
tiempo, y este mismo plan resulta en una trampa para sus almas.
Muchos están mejor preparados, tienen más discernimiento es-
piritual y conocimiento de Dios, y saben más de sus requerimientos
cuando inician su curso de estudios que cuando se gradúan. Se
sienten inspirados por una ambición a llegar a ser sabios, y son es-
timulados a aumentar sus estudios hasta infatuarse. Hacen de los
libros su ídolo, y están dispuestos a sacrificar la salud y la espiri-
tualidad para educarse. Limitan el tiempo que debieran dedicar a
la oración, y dejan de aprovechar las oportunidades que tienen de
hacer el bien. Dejan de poner en práctica el conocimiento que ya
han obtenido y no progresan en la ciencia de ganar almas. La obra
misionera les parece cada vez menos deseable mientras crece anor-
malmente la pasión de sobresalir en el conocimiento de los libros.
Mientras siguen sus estudios, se separan del Dios de la sabiduría.
Algunos los felicitan por sus progresos y los estimulan a conquistar
diploma tras diploma...
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Se hizo la pregunta: “¿Creéis la verdad? ¿Creéis en el mensaje
del tercer ángel? Si lo creéis, entonces obrad de acuerdo con vuestra
fe”... El tiempo de gracia no permitirá largos años de preparación.
Dios llama; oíd su voz mientras dice: “Ve hoy a trabajar en mi
viña”.
Mateo 21:28
. Ahora, precisamente ahora, es el momento de
trabajar...
“Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes
son el polvo de sus pies”.
Nahúm 1:3
. ¡Ojalá que los hombres
comprendiesen la paciencia y longanimidad de Dios! El restringe
sus propios atributos. Su poder omnipotente está bajo el control de
la Omnipotencia. ¡Ojalá que los hombres comprendiesen que Dios
se niega a sentirse cansado por la perversidad del mundo, y sigue
ofreciendo la esperanza de perdón aún a los que menos lo merecen.
Pero su longanimidad no durará siempre. ¿Quién está preparado
para el cambio repentino que se producirá en el trato de Dios con
los hombres pecaminosos? ¿Quién estará preparado para escapar al
castigo que caerá ciertamente sobre los transgresores?...