Página 376 - Consejos para los Maestros (1971)

Basic HTML Version

372
Consejos para los Maestros
El conocimiento de Dios no se obtiene sin esfuerzo mental y
sin oración por conseguir sabiduría. Muchos están convencidos
de que los preciosos tesoros del reino de Dios y de Cristo están
contenidos en la Palabra. Saben también que ningún tesoro terrenal
se obtiene sin esfuerzo esmerado. ¿Por qué han de esperar, entonces,
comprender el significado de las Escrituras sin estudio diligente?
La Palabra de Dios es luz y verdad: una lámpara para los pies
y una antorcha para el sendero. Puede guiar cada paso del camino
hasta la ciudad de Dios. Por esta razón, Satanás ha hecho esfuerzos
desesperados por oscurecer la luz, para que los hombres no pue-
dan hallar ni conservar la senda trazada para que anden en ella los
redimidos del Señor.
Así como el minero cava en la tierra en busca del áureo tesoro,
también nosotros debiéramos buscar ferviente y persistentemente el
tesoro de la Palabra de Dios. En el estudio diario, el método de seguir
versículo por versículo es a menudo muy útil. Tome el estudiante
un versículo y concentre su mente en averiguar el pensamiento que
Dios quiere comunicarle, y luego espáciese en él hasta asimilarlo.
Un pasaje así estudiado hasta que su significación se haga clara, es
de más valor que la lectura de muchos capítulos sin un propósito
definido, y sin que se adquiera instrucción positiva de ellos.
La Biblia es su propia expositora
La Biblia es su propia expositora. Se ha de comparar un pasaje
con otro. El alumno debe considerar la Palabra como un todo y ver la
[446]
relación de sus partes. Debe adquirir conocimiento de su gran tema
central: el propósito original de Dios para el mundo, el despertar de
la gran controversia y de la obra de la redención. Debe comprender
la naturaleza de los dos principios que contienden por la supremacía,
y debe aprender a seguir sus manifestaciones a través de los anales
de la historia y la profecía, hasta la gran consumación. Debe ver
cómo esa controversia entra en toda fase de la experiencia humana;
cómo en todo acto de la vida él mismo revela uno u otro de los
motivos antagónicos; y cómo, sea que lo quiera o no, está ahora
mismo decidiendo de qué lado de la controversia será hallado.
Cada parte de la Biblia ha sido dada por inspiración de Dios,
y es provechosa. El Antiguo Testamento, no menos que el Nuevo,