El estudiante de medicina
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Debido a estas tentaciones peculiares que nuestros jóvenes deben
afrontar en las facultades de medicina del mundo, se ha provisto una
preparación médica en nuestras propias instituciones, bajo profeso-
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res cristianos. Nuestras escuelas mayores de las diferentes partes
del campo deben ser colocadas en la posición más favorable para
facilitar el estudio a nuestros jóvenes capaces y permitirles satisfacer
los requerimientos de ingreso que exigen las leyes del Estado para
los que quieren estudiar medicina. Deben obtenerse los profesores
de más talento, para que nuestras escuelas se pongan a la altura
debida. Los jóvenes y los de más edad que consideren deber suyo
el prepararse para un trabajo que requiera ciertos exámenes legales,
deben poder obtener en los colegios de nuestras uniones todo lo que
es esencial para entrar en una facultad de medicina.
La oración realizará maravillas para los que velando se dedi-
quen a ella. Dios desea que todos estemos en la posición de quienes
aguardan y esperan. El hará lo que ha prometido; y por cuanto hay
requerimientos legales que hacen necesario que los estudiantes de
medicina tomen cierto curso preparatorio, nuestros colegios deben
ponerse en condiciones de dar a sus estudiantes la preparación lite-
raria y científica necesaria.
Y no sólo deben nuestras escuelas superiores dar esta instrucción
preparatoria a los que piensan tomar un curso de medicina, sino que
deben hacer también todo lo que es esencial para el perfecciona-
miento de los estudios ofrecidos por nuestro Colegio de Médicos
Evangélicos de Loma Linda. Como se señaló cuando se fundó es-
te colegio, debemos proveer lo esencial para nuestros jóvenes que
desean ser médicos, a fin de que puedan prepararse inteligentemente
y pasar los exámenes requeridos para probar su eficiencia como
médicos. Se les debe enseñar a tratar comprensivamente los casos de
enfermedad, a fin de que no pueda ningún médico sensato imaginar
que en nuestra escuela privamos a los jóvenes de la instrucción ne-
cesaria para habilitarlos debidamente para ejercer la medicina. Los
jóvenes que se han diplomado deben progresar continuamente en
conocimiento, porque la práctica hace perfecto.
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La escuela de medicina de Loma Linda ha de pertenecer a la
categoría más elevada, porque los que estudian en ella tienen opor-
tunidad de mantener una relación viva con el más sabio de todos los
médicos, que les comunica un conocimiento de orden superior. Y