Página 398 - Consejos para los Maestros (1971)

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Consejos para los Maestros
para la eternidad. La enseñanza de la Biblia acerca de la edificación
del carácter es muy explícita. “Todo lo que hacéis, sea de palabra o
de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús”.
Colosenses
3:17
. Colocaos bajo su dirección, y luego pedid su poder protector.
El dio su vida por vosotros. No le causéis pesar. Guardaos en todo lo
que decís y hacéis. Cristo quiere que seáis para los otros jóvenes sus
representantes, como sus médicos misioneros evangélicos delegados.
Recordad que en vuestra vida la religión no es simplemente una
influencia entre otras; ha de ser la influencia que domine todas las
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demás. Sed estrictamente temperantes. Resistid toda tentación. No
hagáis concesiones al astuto enemigo. No escuchéis las sugestiones
que pone en boca de hombres y mujeres. Tenéis una victoria que
ganar. Tenéis que adquirir nobleza de carácter...
Jesús os ama... Su gran corazón de ternura infinita siente anhelo
por vosotros... Podéis estar en una posición en la cual os conside-
réis, no como fracasados, sino como vencedores por la influencia
elevadora del Espíritu de Dios. Asíos de la mano de Cristo, y no la
soltéis.
Podéis ser una gran bendición para otros si os entregáis sin
reserva al servicio del Señor. Se os dará poder de lo alto si queréis
tomar vuestro puesto al lado del Señor. Por Cristo podéis escapar
a la corrupción que existe en el mundo por la concupiscencia, y
ser nobles ejemplos de lo que él puede hacer en favor de los que
cooperan con él...
El propósito de Dios para nosotros es que estemos siempre
avanzando hacia arriba. Aun en los deberes más pequeños de la vida
común, hemos de crecer continuamente en la gracia, movidos por
motivos altos, santos y poderosos porque proceden de Aquel que dio
su vida para suministrarnos el incentivo a tener completo éxito en la
formación del carácter cristiano... Hemos de ser fuertes en la fuerza
de Dios, arraigados en la esperanza del Evangelio...
Levantaos en la dignidad que Dios os ha dado, viviendo la verdad
en su pureza. Cristo está dispuesto a perdonaros, a quitar vuestros
pecados y haceros libres. Está dispuesto a purificar vuestros corazo-
nes y daros la santificación de su Espíritu. Mientras os consagréis
a su servicio, él estará a vuestra diestra para ayudaros. Día tras día
seréis robustecidos y ennoblecidos. Mirando al Salvador por ayuda,
podéis ser vencedores, sí, más que vencedores, sobre las tentaciones