Página 250 - Consejos sobre Mayordom

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Consejos sobre Mayordomía Cristiana
En vista de esto decidimos emprender la obra y avanzar por fe
para establecer un comienzo. A la noche siguiente llegó de Sudáfrica
un giro por doscientas libras esterlinas. Era un obsequio de los Hnos.
Lindsay, de la ciudad de El Cabo, para ayudar a construir la casa de
culto. Nuestra fe había sido probada, habíamos decidido comenzar
la obra, y ahora el Señor colocaba en nuestras manos este importante
donativo con el cual podíamos empezar.
Este estímulo recibido permitió comenzar la obra con entusias-
mo. La junta de la escuela dio el terreno y cien libras esterlinas. La
unión proporcionó doscientas libras, y los miembros de la iglesia
dieron lo que les fue posible. Algunos amigos que no pertenecían a
la iglesia también ayudaron, y los constructores dieron una parte de
su tiempo, el que valía tanto como el dinero.
Así se terminó el trabajo, y ahora tenemos este hermoso edificio
con capacidad para cuatrocientas personas sentadas. Agradecemos al
Señor por esta casa donde podemos adorarlo. El comprende todas las
estrecheces por las que hemos pasado. Cuando surgían dificultades,
el pastor Haskell, quien dirigía el trabajo, llamaba a los obreros y
oraba fervorosamente para que Dios los bendijera a ellos y a la obra.
El Señor escuchó las oraciones y la casa quedó terminada en siete
semanas.—
The Review and Herald, 1 de noviembre de 1898
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