Página 293 - Consejos sobre Mayordom

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El pecado de Ananías
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y se atreven a robar a Dios. A muchos podría decirse: “A ningún
otro amigo tratasteis en forma tan descomedida”.
Está aumentando el número de los que cometen el pecado de
Ananías y Safira. Los hombres no mienten al hombre, sino a Dios,
en su descuido de las promesas que su Espíritu les indujo a realizar.
Debido a que no se ejecuta rápidamente sentencia contra una mala
acción, tal como en el caso de Ananías y Safira, los corazones de los
hijos de los hombres se empeñan decididamente en hacer el mal y
luchan contra el Espíritu de Dios. ¿Cómo estarán estos hombres en el
juicio? ¿Os atrevéis a soportar los resultados finales de este asunto?
¿Cómo estaréis en los acontecimientos descritos en el Apocalipsis?
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante
Dios; ... y fueron juzgados cada uno según sus obras”.
Apocalipsis
20:11-13
.—
The Review and Herald, 23 de mayo de 1893
.
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