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Conducción del Niño
hacer es una gran desgracia, porque el ocio siempre ha sido y siempre
será una maldición para la familia humana.—
Manuscrito 60, 1894
.
Niños, nunca seáis mayordomos infieles en el hogar. Nunca
esquivéis vuestro deber. El trabajo apropiado forma músculos y
tendones firmes. Al fomentar la prosperidad del hogar, aportaréis
las mayores bendiciones para vosotros mismos.—
Manuscrito 117,
1899
.
¿Por qué trabajar antes de jugar?
Mi madre me enseñó a tra-
bajar. Acostumbraba a preguntarle: “¿Por qué siempre debo trabajar
tanto antes de jugar?” “Es para educar y enseñar tu mente para el
trabajo útil, y otra cosa más, para mantenerte alejada de las trave-
suras; y cuando seas grande me agradecerás por ello”. Cuando una
de mis nenas [una nieta] me dijo: “¿Por qué debo tejer? Las abuelas
tejen”, yo le repliqué: “¿Quieres decirme cómo aprendieron a tejer
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las abuelas?” “Bien, comenzaron cuando eran niñitas”.—
Manuscrito
19, 1887
.
El valor de un programa diario
—Hasta donde sea posible,
conviene considerar lo que debe realizarse en todo el día. Anotad
los diferentes deberes que debéis realizar, y destinad un cierto tiem-
po para cumplir cada uno de ellos. Haced todo con minuciosidad,
pulcritud y prontitud. Si os toca hacer el trabajo del dormitorio, pro-
curad que las habitaciones estén bien aireadas y que la ropa de cama
sea asoleada. Asignaos cierto número de minutos para cumplir el
trabajo y no os detengáis a leer diarios o libros sino que decid: “No,
tengo solamente cierto número de minutos para hacer mi trabajo, y
debo realizarlo en el tiempo que me he propuesto”. . . .
Los que por naturaleza tienen movimientos lentos, procuren ser
activos, rápidos y enérgicos, recordando las palabras del apóstol:
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor”.
Si os toca preparar las comidas, haced cálculos cuidadosos, y
asignaos todo el tiempo que sea necesario para preparar los alimen-
tos; y poned la mesa en forma ordenada y a la hora exacta. Tener
la comida lista cinco minutos antes de la hora que os habéis fijado,
es mejor que tenerla lista cinco minutos después. Pero si vuestros
movimientos son lentos y tardos, si vuestros hábitos tienden a la
pereza, haréis que resulte muy largo un trabajo que es corto. Los que
son lentos tienen el deber de reformarse y de ser más expeditivos.