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Conducción del Niño
Los niños deberían ser educados precozmente para someter su
voluntad e inclinaciones a la voluntad y autoridad de sus padres.
Cuando los padres enseñan a sus hijos esta lección, los están edu-
cando para someterse a la voluntad de Dios y obedecer sus re-
querimientos y los preparan para ser miembros de la familia de
Cristo.—
Manuscrito 119, 1899
.
Ha de ser guiado pero no aplastado
—Tanto los padres como
el maestro deberían estudiar la forma de dirigir el desarrollo del niño
sin estorbarlo con un control indebido. Tan malo es el exceso de
órdenes como la falta de ellas. El esfuerzo por “quebrantar la volun-
tad” del niño es un error terrible. Las mentes están diferentemente
constituidas; aunque la fuerza puede asegurar la sumisión aparente,
el resultado, en el caso de muchos niños, es una rebelión aún más
decidida del corazón. El hecho de que el padre o el maestro llegue a
ejercer el “control” que pretende, no quiere decir que el resultado
sea menos perjudicial para el niño. . . . Puesto que la sumisión de la
voluntad es mucho más difícil para unos alumnos que para otros, el
maestro debería facilitar todo lo posible la obediencia a sus exigen-
cias. Debería guiar y amoldar la voluntad, pero no desconocerla ni
aplastarla.—
La Educación, 279, 280
.
Guiad; nunca empujad
—Permitid que los niños que están ba-
jo vuestro cuidado tengan una individualidad, así como la tenéis
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vosotros. Tratad siempre de guiarlos, pero nunca de empujarlos.—
Testimonies for the Church 5:653
.
El ejercicio de la voluntad expande y fortalece la mente
—Se
puede enseñar a un niño de manera que, . . . no tenga voluntad
propia. Aun su individualidad se fusionará en aquella que vigila su
educación; su voluntad, para todos los intentos y propósitos, queda
sujeta a la del maestro. Los niños así educados serán siempre defi-
cientes en energía moral y en responsabilidad individual. No se les
ha enseñado a obrar por razón y principio; su voluntad ha sido con-
trolada por otra, y la mente no ha sido llamada a manifestarse, a fin
de expandirse y fortalecerse por el ejercicio. No han sido dirigidos y
disciplinados con respecto a sus constituciones peculiares y capaci-
dades mentales, para ejercitar sus facultades más fuertes cuando sea
necesario.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 59, 60
.
Cuando hay un choque de voluntades
—Si el niño es de vo-
luntad terca, la madre, si entiende su responsabilidad, comprenderá