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La disciplina en el hogar
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niños seguirán sus caprichos para su propia destrucción. Pero cuán
terrible es que un hijo fomente un espíritu de obstinación no sólo
en la niñez, sino en años de mayor madurez, y debido a una falta de
comprensión en la niñez, alimente amargura y maldad en la edad
adulta hacia la madre que no supo dirigir a sus hijos.—
Manuscrito
18, 1891
.
Nunca digáis a un niño: “No puedo tolerarte”
—Nunca digáis
a vuestros hijos: “No puedo tolerarte”. Mientras tengamos acceso al
trono de Dios, como padres debiéramos avergonzarnos de pronunciar
tales palabras. Clamad a Jesús y él os ayudará a conducir a vuestros
pequeños a Dios.—
The Review and Herald, 16 de julio de 1895
.
Debe estudiarse diligentemente el manejo de la familia
—He
oído a algunas madres que decían que no tenían la habilidad para
dirigir que tienen otras, que es un talento que no poseen. Las que
comprenden su deficiencia en esto, debieran estudiar muy diligente-
mente el tema de la dirección de la familia. Y sin embargo, las más
valiosas sugestiones de otras no debieran ser adoptadas impensada-
mente y sin discriminación. Quizá no se adapten igualmente a las
circunstancias de cada madre, o a la disposición y temperamento pe-
culiares de cada hijo de la familia. Estudie la madre cuidadosamente
la experiencia de otras, note la diferencia entre sus métodos y los de
ella y pruebe cuidadosamente aquéllos que puedan ser de verdadero
valor. Si una clase de disciplina no produce los resultados deseados,
inténtese otro plan y obsérvense cuidadosamente los resultados.
Las madres, más que otras personas, debieran acostumbrarse a
pensar e investigar. Si perseveran en esto, hallarán que están adqui-
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riendo la facultad que pensaban que no tenían, que están aprendiendo
a formar correctamente el carácter de sus hijos. El resultado de la
labor y pensamiento dados a esta obra se verá en la obediencia de
los hijos, en su sencillez, su modestia y pureza, y esto recompensará
ricamente todo esfuerzo hecho.—
The Signs of the Times, 11 de
marzo de 1886
.
Los padres deben unirse en la disciplina
—La madre siempre
debiera tener la cooperación del padre en sus esfuerzos para esta-
blecer el fundamento de un buen carácter cristiano en sus hijos. Un
padre excesivamente cariñoso no debiera cerrar los ojos a las faltas
de sus hijos porque le resulte desagradable corregirlos.—
Testimo-
nies for the Church 1:546, 547
.