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Conducción del Niño
El maestro atento hallará muchas oportunidades para inducir a
sus alumnos a practicar actos de servicio. Los niñitos, especialmente,
consideran al maestro con una confianza y un respeto casi ilimitados.
Es difícil que deje de dar fruto cualquier cosa que insinúe en cuanto
al modo de ayudar en el hogar. a ser fieles en los quehaceres diarios,
a asistir a los enfermos o ayudar a los pobres. Y así se obtendrá
nuevamente un doble beneficio. La insinuación bondadosa se re-
flejará sobre su autor. La gratitud y la cooperación de parte de los
padres aligerarán la carga del maestro, e iluminarán su camino.—
La
Educación, 208, 209
.
Los padres pueden aliviar el trabajo del maestro
—Si los pa-
dres hacen fielmente su parte, la obra del maestro se aligerará gran-
demente. Su esperanza y valor aumentarán. Los padres cuyo corazón
rebose de amor hacia Cristo, evitarán el expresar censuras, y harán
cuanto esté en su poder para alentar y ayudar al que han elegido
como maestro de sus hijos. Estarán dispuestos a creer que es tan
concienzudo en su obra como ellos en la suya.—
Consejos para los
[301]
Maestros Padres y Alumnos, 121
.
Cuando los padres comprendan sus responsabilidades, quedará
mucho menos que hacer para los maestros.—
Consejos para los
Maestros Padres y Alumnos, 114
.
Los padres pueden ser consejeros del maestro
—Hemos de
hablar del amor de Dios en nuestros hogares; hemos de enseñarlo
en nuestras escuelas. Los principios de la Palabra de Dios han de
inculcarse en la vida del hogar y de la escuela. Si los padres com-
prendieran plenamente su deber de someterse a la voluntad revelada
del Señor, serían sabios consejeros en nuestras escuelas y en asuntos
de educación, pues su experiencia en la enseñanza en el hogar les
enseñaría la forma de precaver contra las tentaciones que asaltan
a niños y a jóvenes. Los maestros y los padres asi llegarían a ser
colaboradores con Dios en la obra de educar a la juventud para el
cielo.—
Carta 356, 1907
.
Será de gran ayuda para el maestro que se le comunique el
conocimiento íntimo que los padres tienen del carácter de los niños
y de sus peculiaridades o debilidades físicas. Es de lamentar que
sean tantos los que no comprenden esto. La mayoría de los padres
se interesan poco en informarse de las cualidades del maestro o en
cooperar con él en su trabajo.—
La Educación, 276
.