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Maestros y padres en sociedad
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Ellos [los padres] deben sentir que es su deber cooperar con el
maestro, fomentar la disciplina adecuada y orar mucho por aquel que
está enseñando a sus hijos.—
Fundamentals of Christian Education,
270
.
Los maestros pueden ser consejeros de los padres
—Puesto
que los padres se familiarizan rara vez con el maestro, es tanto más
importante que éste trate de relacionarse con los padres. Debería
visitar los hogares de los alumnos y enterarse del ambiente y de las
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influencias en medio de las cuales viven. Al relacionarse personal-
mente con sus hogares y vidas, puede fortalecer los lazos que lo
unen a sus alumnos y aprender la forma de tratar más eficazmente
con sus diferentes temperamentos e inclinaciones.
Al interesarse en la educación del hogar, el maestro imparte un
doble beneficio. Muchos padres, entregados de lleno al trabajo y
a las ocupaciones, pierden de vista sus oportunidades para influir
benéficamente en la vida de sus hijos. El maestro puede hacer mucho
para despertar en los padres el sentimiento de sus posibilidades y
privilegios. Hallará otros para quienes, por la ansiedad que tienen
de que sus hijos sean hombres y mujeres buenos y útiles, el senti-
miento de su responsabilidad ha llegado a ser una carga pesada. Con
frecuencia el maestro puede ayudar a estos padres a llevar su carga
y, al tratar juntos los asuntos, tanto el maestro como los padres se
sentirán animados y fortalecidos.—
La Educación, 276
.
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