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Conducción del Niño
mentos saludables en una forma variada para que sean sabrosos y
saludables.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 48, 49
.
Aun en el arreglo de la mesa, la moda y la ostentación ejercen
su funesta influencia. La preparación saludable de los alimentos se
convierte en un asunto secundario. El servir gran variedad de platos
demanda tiempo, dinero y trabajo agobiante sin realizar ningún bien.
Quizá sea de buen tono servir una docena de platos en una comida,
pero la costumbre es ruinosa para la salud. Es una moda que los
hombres y mujeres razonables debieran condenar tanto por precepto
como por ejemplo. . . . Cuánto mejor sería para la salud del hogar si
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la preparación de la mesa fuera más simple.—
Christian Temperance
and Bible Hygiene, 73
.
Los resultados de cocinár mal
—El mal arte culinario está mi-
nando las energías de la vida de millares. Más almas se pierden por
esta causa de lo que muchos comprenden. Trastorna el organismo
y produce enfermedades. Como resultado, las cosas celestiales no
se pueden discernir prestamente.—
Christian Temperance and Bible
Hygiene, 49
.
El alimento escaso y mal cocido vicia la sangre, pues debilita
los órganos que la producen. Desarregla el organismo y causa en-
fermedades acompañadas de nerviosidad y mal humor. Cuéntanse
hoy día por miles y decenas de millares las víctimas de la cocina
defectuosa. Sobre muchas tumbas podrían escribirse epitafios como
éstos: “Muerto por culpa de la mala cocina”. “Muerto de resultas de
un estómago estragado por el abuso”.—
El Ministerio de Curación,
232, 233
.
Enseñad a cocinar a vuestros hijos
—No descuidéis el enseñar
a vuestros hijos a cocinar. Al hacerlo, les impartís principios que de-
ben tener en su educación religiosa. Al dar a vuestros hijos lecciones
de fisiología y al enseñarles a cocinar con sencillez y, sin embargo,
con habilidad, estáis colocando los fundamentos de la más útil ra-
ma de la educación. Se necesita habilidad para preparar buen pan
liviano. Hay religión en cocinar bien y yo pongo en duda la religión
de los que son demasiado ignorantes y demasiado descuidados para
aprender a cocinar.—
Testimonies for the Church 2:537
.
Instruidlas paciente y alegremente
—Las madres debieran lle-
var a sus hijas a la cocina con ellas cuando son muy jóvenes para
enseñarles el arte de cocinar. La madre no puede esperar que sus