Página 316 - Conducci

Basic HTML Version

312
Conducción del Niño
Tampoco debieran demorarse las comidas una o dos horas para
adecuarse a las circunstancias o para que se pueda efectuar cierta
cantidad de trabajo. El estómago demanda el alimento en el tiempo
en que está acostumbrado a recibirlo. Si se demora este tiempo, la
vitalidad del organismo disminuye y finalmente llega a un punto tan
bajo que el apetito se esfuma por completo. Si entonces se come.
el estómago no puede digerir adecuadamente el alimento. Este no
se puede convertir en buena sangre. Si todos comieran a intervalos
regulares, sin probar nada entre las comidas, estarían listos para sus
comidas y encontrarían placer en comer lo que los restaura para su
esfuerzo.—
Counsels on Diet and Foods, 179
.
Enseñad a los niños cuándo, cómo y qué comer
—General-
mente no se enseña a los niños acerca de la importancia de cuándo,
cómo y qué deben comer. Se les permite satisfacer sus antojos li-
bremente. que coman todo el tiempo; que se sirvan fruta cuando se
sienten tentados a hacerlo; y también cuando se trata de pasteles,
tortas, pan y manteca [mantequilla], y los dulces que comen casi
constantemente los convierten en glotones y dispépticos. Los ór-
ganos digestivos, como un molino que marcha continuamente, se
[365]
debilitan. Se demanda fuerza vital del cerebro para ayudar en su
sobrecarga y asi se debilitan las facultades mentales. El estímulo
antinatural y el desgaste de las fuerzas vitales los hacen nerviosos,
impacientes para reprimirse, tercos e irritables. No se les puede tener
confianza a menos que estén bajo la mirada de sus padres. A veces
parecen muertas las facultades morales y es difícil despertarlos para
que comprendan la naturaleza vergonzosa y penosa del pecado; caen
fácilmente en hábitos de prevaricación, engaño y con frecuencia
mienten descaradamente.
Los padres deploran estas cosas en sus hijos, pero no comprenden
que es su propia conducta desacertada lo que ha provocado el mal.
No han visto la necesidad de reprimir los apetitos y pasiones de
sus hijos y éstos se han desarrollado y fortalecido con los años.
Las madres preparan con sus propias manos y colocan delante de
sus hijos un alimento que tiene la tendencia de dañarlos física y
mentalmente.—
Pacific Health Journal, mayo de 1890
.
Nunca se coma entre las comidas
—El estómago debiera reci-
bir cuidadosa atención. No debe trabajar continuamente. Dense algo
de paz, quietud y descanso a este órgano mal usado y del que se