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Conducción del Niño
Consejo dado a una madre en cuanto a la importancia del
desayuno
—Su niña es de temperamento nervioso y debe atenderse
cuidadosamente su alimentación. No debiera permitírsele que elija
el alimento que le plazca sin darle la debida nutrición. . . . Nunca
permita que vaya a la escuela sin haberse desayunado. No se aventure
a dejarse llevar por sus inclinaciones en este asunto. Colóqúese
enteramente bajo la dirección de Dios y él la ayudará a poner todos
sus deseos en armonía con sus requerimientos.—
Carta 69, 1896
.
Es la costumbre y uso de la sociedad tomar un desayuno liviano.
Pero ésta no es la mejor manera de tratar al estómago. A la hora del
desayuno, el estómago está en mejores condiciones para digerir más
alimento que en la segunda o tercera comida del día. Es erróneo el
hábito de participar de un desayuno liviano y que la comida principal
sea muy abundante Que vuestro desayuno coincida con la comida
más importante del día.—
Counsels on Diet and Foods, 173
.
Déseles con abundancia de los mejores alimentos
—Los niños
y los jóvenes no debieran estar mal alimentados por ningún motivo;
debieran dárseles en abundancia alimentos saludables, pero esto no
significa que se deban colocar delante de ellos ricos bollitos y pas-
teles. Debieran participar del mejor ejercicio y del mejor alimento,
pues éstos son importantes para las facultades mentales y morales.
Una alimentación sana y adecuada será uno de los medios por los
cuales se preserve la digestión debida.—
Carta 19, 1892
.
Particípese de esto con moderación
—Con frecuencia los pa-
dres cometen el error de dar a sus hijos demasiado alimento. Esos
niños se vuelven dispépticos. Es esenial la moderación en el consu-
mo aun de buenos alimentos. Padres, colocad delante de vuestros
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hijos la cantidad que deben comer. No dejéis a su elección el co-
mer tanto como les plazca. . . . Padres, a menos que se tenga en
cuenta esto, la percepción de vuestros hijos será embotada. Irán a
la escuela, pero no podrán aprender todo lo que debieran; pues el
vigor que debiera ir al cerebro se emplea en el alimento de más que
sobrecarga el estómago. Los padres necesitan ser educados a fin de
no dar demasiado alimento a los niños pues así se debilitarán en vez
de robustecerse.—
Manuscrito 155, 1899
.
Los padres, y no los hijos, deben tener la última palabra
Enséñeseles a dominar su apetito, a estar agradecidos por la alimen-
tación simple y sencilla que Dios les da. No debéis permitir que os