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Conducción del Niño
hijos que la obediencia debe reinar allí. Enseñadles a distinguir
entre lo que es sensato y lo que es necio en el asunto del vestido
y proporcionadles vestidos que sean pulcros y sencillos. Como un
pueblo que se está preparando para el pronto regreso de Cristo,
debiéramos dar al mundo un ejemplo de vestimenta modesta en
contraste con las modas prevalecientes del día. Hablad de esto y
haced sabios planes de lo que haréis; realizad luego esos planes en
vuestras familias. Proponeos ser guiados por principios más elevados
que las nociones y deseos de vuestros hijos.—
Manuscrito 45, 1911
.
Si nuestros corazones están unidos con el corazón de Cristo, .
. . nada se colocará sobre la persona para atraer la atención o para
crear polémica.—
Testimonios para los Ministros, 128
.
Usense vestidos que sienten bien, apropiados para la edad y
las circunstancias de la vida
—Hermana mía, atraiga a sus hijos a
su corazón mediante el afecto. Présteles el debido cuidado y atención
en todas las cosas. Proporcióneles vestidos que les sienten bien afin
de que no estén mortificados por su apariencia, pues esto sería dañino
para su respeto propio. . . . Siempre es correcto estar vestido pulcra
y adecuadamente, en una forma que siente bien con la edad y las
circunstancias de la vida.—
Testimonies for the Church 4:142
.
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El cuerpo no debiera ser oprimido
—El vestido debiera ser hol-
gado, sin que obstruya la circulación de la sangre ni la respiración
libre, plena y natural. Los pies debieran estar protegidos adecuada-
mente del frío y la humedad. Con esta vestimenta, podemos hacer
ejercicio al aire libre, aun con el rocío de la mañana o de la noche, o
después de una lluvia o nevada, sin temor de resfriarnos.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 89, 90
.
El vestido del niño
—Si el atavío del niño proporciona calor,
abrigo y comodidad, quedará eliminada una de las principales causas
de irritación y desasosiego. El pequeñuelo gozará mejor salud y la
madre no encontrará el cuidado de su hijo demasiado pesado para
sus fuerzas y para el tiempo de que dispone.
Las ligaduras apretadas o la ropa por demás ajustada impiden la
acción del corazón y de los pulmones, y deben evitarse. Ninguna
parte del cuerpo debe sufrir presión alguna por causa de la ropa
que comprima algún órgano o limite su libertad de movimiento. La
ropa de todos los niños debe estar tan holgada, que les permita la
más libre y completa respiración; y debe adaptarse de tal modo al