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Capítulo 74—Cada hogar una iglesia
Los padres han de ser representantes de Dios
—Cada familia
debiera ser una iglesia en la vida familiar, un bello símbolo de la
iglesia de Dios en el cielo. Si los padres comprendieran su responsa-
bilidad hacia sus hijos, en ninguna circunstancia los regañarían ni se
impacientarían. Esta no es la educación que debiera darse a ningún
niño. Muchísimos hijos han aprendido a ser criticones, regañones,
quejosos y apasionados, porque se les permitió dar curso a sus pasio-
nes en el hogar. Los padres deben considerar que están en el lugar de
Dios para sus hijos, para fomentar cada principio correcto y reprimir
cada pensamiento equivocado.—
Carta 104, 1897
.
Si los padres y maestros descuidan las cualidades morales de los
niños, se pervertirán seguramente.—
The Review and Herald, 30 de
marzo de 1897
.
La religión de la Biblia es la única salvaguardia
—Hablando
en términos generales, los jóvenes sólo tienen poca fuerza moral.
Este es el resultado de haber descuidado la educación en la niñez.
Un conocimiento del carácter de Dios y nuestras obligaciones hacia
él no debiera ser considerado como un asunto de poca importancia.
La religión de la Biblia es la única salvaguardia para la juventud.—
Testimonies for the Church 5:24
.
Felices son los padres cuya vida constituye un reflejo tan fiel
de lo divino, que las promesas y las órdenes de Dios despiertan
en el niño gratitud y reverencia; los padres cuya ternura, justicia
y longanimidad interpretan para el niño el amor, la justicia y la
longanimidad de Dios; los padres que, al enseñar al niño a amarlos,
confiar en ellos y obedecerles, le enseñan a amar a su Padre celestial,
a confiar en él y a obedecerle. Los padres que imparten al niño un
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don tal le dotan de un tesoro más precioso que las riquezas de todos
los siglos, un tesoro tan perdurable como la eternidad.—
Profetas y
Reyes, 184, 185
.
La profesión no tiene valor sin la religión en el hogar
—Los
actos diarios de la vida expresan la medida y el molde de nuestra
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