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Conducción del Niño
de la luz y del sonido, del día y de la noche, todos eran temas de
estudio para los alumnos de la primera escuela de la tierra.—
La
Educación, 18
.
Nuevas lecciones desde la caída
—Aunque la tierra estaba mar-
chitada por la maldición, la naturaleza debía seguir siendo el libro de
texto del hombre. Ya no podía representar bondad solamente, porque
el mal estaba presente en todas partes y arruinaba la tierra, el mar
y el aire con su contacto contaminador. Donde antes habia estado
escrito únicamente el carácter de Dios, el conocimiento del bien,
estaba también escrito ahora el carácter de Satanás, el conocimiento
del mal. El hombre debía recibir continuamente de la naturaleza, que
ahora revelaba el conocimiento del bien y del mal, amonestaciones
referentes a los resultados del pecado.—
La Educación, 23
.
La naturaleza ilustra las lecciones de la Biblia
—Los escrito-
res de la Biblia hacen uso de muchas ilustraciones que ofrece la
naturaleza, y si observamos las cosas del mundo natural, podremos
comprender más plenamente, bajo la mano guiadora del Espíritu
Santo, las lecciones de la Palabra de Dios.—
La Educación, 115
.
En el mundo natural, Dios ha puesto en las manos de los hijos
de los hombres la llave que ha de abrir el alfolí de su Palabra. Lo
invisible queda ilustrado por lo que se ve; la sabiduría divina, la
verdad eterna y la gracia infinita se entienden por las cosas que Dios
ha hecho.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 145
.
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Debería animarse a los niños a buscar en la naturaleza los objetos
que ilustran las enseñanzas bíblicas y rastrear en la Biblia los símiles
sacados de la naturaleza. Deberían buscar, tanto en la naturaleza
como en la Sagrada Escritura, todos los objetos que representan a
Cristo, como también los que él empleó para ilustrar la verdad. Así
pueden aprender a verle en el árbol y en la vid, en el lirio y en la
rosa, en el sol y en la estrella. Pueden aprender a oír su voz en el
canto de los pájaros, en el murmullo de los árboles, en el ruido del
trueno y en la música del mar. Y cada objeto de la naturaleza les
repetirá las preciosas lecciones del Creador.
Para los que así se familiaricen con Cristo, nunca jamás será la
tierra un lugar solitario y desolado. Será para ellos la casa de su
Padre, llena de la presencia de Aquel que una vez moró entre los
hombres.—
La Educación, 115, 116
.