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Conducción del Niño
Instruid breve y frecuentemente
—Los que instruyen a los ni-
ños y jóvenes deben evitar las observaciones tediosas. Las alocu-
ciones cortas y directas tendrán una influencia feliz. Si hay mucho
que decir, súplase la brevedad con la frecuencia. Unas pocas ob-
servaciones interesantes, hechas a menudo, serán más provechosas
que el dar toda la instrucción a la vez. Los discursos largos cansan
la mente de los jóvenes. El hablar demasiado los induce hasta a
sentir repugnancia por la instrucción espiritual, así como el comer
demasiado recarga el estómago, reduce el apetito y crea repugnancia
por la comida.—
Obreros Evangélicos, 221
.
Las noches son una ocasión preciosa
—El hogar debe conver-
tirse en una escuela de instrucción, más bien que en un lugar de
monótona e ingrata faena. Las primeras horas de la noche deberían
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ser consideradas como momentos preciosos para ser dedicados a
la instrucción de los niños en el camino de la rectitude.—
Consejos
Sobre la Obra de la Escuela Sabática, 52
.
Repasad las promesas de Dios
—Necesitamos reconocer al Es-
píritu Santo como nuestro iluminador. Este Espíritu se deleita en
dirigirse a los niños, y en descubrirles los tesoros y las bellezas de
la Palabra. Las promesas hechas por el gran Maestro cautivarán los
sentidos y animarán el alma del niño con un poder espiritual divino.
Crecerá en la mente receptiva una familiaridad con las cosas divìnas,
que será una barricada contra las tentaciones del enemigo.—
Conse-
jos para los Maestros Padres y Alumnos, 131, 132
.
Haced agradable la instrucción religiosa
—Debe darse ins-
trucción religiosa a los niños desde sus más tiernos años. Debe
serles dada no con espíritu de condenación, sino con un espíritu
alegre y feliz. Las madres necesitan estar en guardia constantemente,
no sea que la tentación llegue a los niños en forma que no la reco-
nozcan. Los padres han de proteger a sus hijos con instrucciones
sabias y placenteras. Como los mejores amigos de estos seres inex-
pertos, deben ayudarles en la obra de vencer, porque para ellos el ser
victoriosos significa todo. Deben considerar que sus amados hijos
que están tratando de hacer lo recto son miembros más jóvenes de
la familia del Señor, y deben sentir intenso interés por ayudarles a
andar rectamente en el camino real de la obediencia. Con amante
interés, deben enseñarles día tras día lo que significa ser hijos de
Dios y entregar la voluntad en obediencia a él. Enseñadles que la