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Conducción del Niño
la eternidad, sufriremos un fracaso del que no podremos recuperar-
nos.—
Testimonies for the Church 8:311
.
Beneficios mutuos
—Nuestros hijos son propiedad del Señor;
han sido comprados por precio. Este pensamiento debiera ser el
manantial principal de nuestras labores para ellos. Los métodos
más eficaces para asegurar su salvación y para preservarlos de la
tentación consisten en instruirlos constantemente con la Palabra de
Dios. Y si los padres se convierten en estudiantes junto con sus hijos,
hallarán que su propio crecimiento en el conocimiento de la verdad
es más rápido. Desaparecerá la incredulidad; aumentarán la fe y la
actividad; la seguridad y la confianza se profundizarán al proseguir
ellos en el conocimiento del Señor.—
The Review and Herald, 6 de
mayo de 1909
.
La forma en que los padres pueden ser piedras de tropie-
zo
—¿Qué ejemplo daís a vuestros hijos? ¿Qué orden tenéis en casa?
Debéis enseñar a vuestros hijos a ser bondadosos, serviciales, acce-
sibles a las súplicas y, sobre todo lo demás, respetuosos de las cosas
religiosas, y deben sentir la importancia de los requerimientos de
Dios.—
Joyas de los Testimonios 2:133, 134
.
Los muchachos y las niñas pueden revelar precozmente una pro-
funda y simétrica piedad, si se sigue en el temor y el amor de Dios el
medio que él ha ordenado para la conducción de cada familia. Ellos
demostrarán el valor de la preparación y disciplina correctas. Pero la
impresión hecha en la mente de los niños por las palabras del maes-
tro de la verdad es contrarrestada con frecuencia por las palabras
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y acciones de los padres. El sensible corazón de los hijos también
está propenso a descarriarse y con frecuencia es impresionado por la
verdad, pero a menudo las tentaciones llegan a él a través del padre
o la madre, y caen como una presa en las maquinaciones de Satanás.
Es casi imposible colocar los pies de los niños en sendas seguras
cuando los padres no cooperan. Los malos sentimientos, emanados
de los labios de padres poco juiciosos, son el principal estorbo para
la conversión genuina de sus hijos.—
Manuscrito 49, 1901
.
Vivid en armonía con vuestras oraciones
—“Si permanecéis
en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que
queréis, y os será hecho”. Presentad esta promesa cuando oráis.
Tenemos el privilegio de ir ante Dios con santa osadía. Si le pedimos
con sinceridad que haga brillar su luz sobre nosotros, nos oirá y