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Conducción del Niño
corazón puede ser preparado así para recibir las preciosas semillas
de la verdad, las cuales a su debido tiempo brotarán y llevarán una
rica cosecha.—
The Signs of the Times, 6 de diciembre de 1877
.
Unios a los pájaros con cantos de alabanza
—Especialmente
los niñitos debieran acercarse a la naturaleza. En vez de aherrojarlos
con las modas, déjeselos libres como los corderitos, para que jueguen
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bajo los dulces y alegres rayos solares. Mostradles los arbustos y las
flores, la humilde hierba y los altos árboles, y dejadlos familiarizarse
con sus hermosas, múltiples y delicadas formas. Enseñadles a ver
sabiduría y el amor de Dios en sus obras creadas; y mientras sus
corazones se ensanchen de gozo y amor agradecido, dejadlos unirse
a las aves en sus cantos de alabanza.
Educad a los niños y jóvenes a considerar las obras del gran
Artífice y Maestro y a imitar las gracias atrayentes de la naturaleza en
la edificación de su carácter. A medida que el amor de Dios conquiste
sus corazones, dejadles impregnar sus vidas con la hermosura de la
santidad. Así usarán sus capacidades para beneficiar a otros y para
honrar a Dios.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 145
.
Buscad en la naturaleza al Dios de la naturaleza
—Los niños
necesitan recibir lecciones que los fortalezcan para resistir el pecado.
Señaladles en la naturaleza al Dios de la naturaleza, y así se familia-
rizarán con el Creador. ¿En qué forma mejor puedo enseñar a mis
hijos a servir y glorificar a Dios? Debería ser la pregunta que ocupe
la mente de los padres. Si todo el cielo se interesa en el bienestar
de la humanidad, ¿no deberiamos ser diligentes en hacer lo mejor
posible para el bien de nuestros hijos?—
Manuscrito 29, 1886
.
El estudio de la naturaleza fortalece la mente
—La gloria de
Dios está desplegada en la obra de sus manos. Aquí hay misterios
en cuya dilucidación se fortalecerá la mente. Las mentes que se han
divertido con la lectura de obras de ficción y se han ocupado de
ellas con exceso pueden encontrar en la naturaleza un libro abierto,
y leer la verdad en las obras de Dios que las rodean. Todos pueden
encontrar temas de estudio en la sencilla hoja de los árboles del
bosque, en el pasto que cubre la tierra con su aterciopelada alfombra
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verde, en las plantas y las flores, en los altos árboles del bosque, en
las elevadas montañas, en las rocas graníticas, en el océano inquieto,
en las preciosas gemas de luz que tachonan los cielos para tornar
hermosa la noche, en las inagotables riquezas de la luz solar, en