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El poder de la oración
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Los ángeles guardan a los niños dedicados a Dios
—Antes de
salir de la casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada
y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor
a Dios que los guarde durante el día. Acudid con humildad, con
un corazón lleno de ternura, presintiendo las tentaciones y peligros
que os acechan a vosotros y a vuestros hijos, y por la fe atad a
estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor.
Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a
Dios.—
Joyas de los Testimonios 1:147, 148
.
La oración establece un cerco en torno de los hijos
—Por la
mañana, los primeros pensamientos del cristiano deben fijarse en
Dios. Los trabajos mundanales y el interés propio deben ser secun-
darios. Debe enseñarse a los niños a respetar y reverenciar la hora
de oración. . . . Es el deber de los padres creyentes levantar así,
mañana y tarde, por ferviente oración y fe perseverante, una valla en
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derredor de sus hijos. Deben instruirlos con paciencia, enseñándoles
bondadosa e incansablemente a vivir de tal manera que agraden a
Dios.—
Joyas de los Testimonios 1:147, 148
.
Tened ocasiones estables para el culto
—En cada familia de-
bería haber una hora fija para los cultos matutino y vespertino. ¿No
conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del
desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante
la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No
es propio también. cuando llega el anochecer, que los padres y los
hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las
bendiciones recibidas durante el día que termina?—
Joyas de los
Testimonios 3:92
.
No seáis gobernados por las circunstancias
—El culto familiar
no debiera ser gobernado por las circunstancias. No habéis de orar
ocasionalmente y descuidar la oración en un día de mucho trabajo. Al
hacer esto, inducís a vuestros hijos a considerar la oración como algo
no importante. La oración significa mucho para los hijos de Dios y
las acciones de gracias debieran elevarse delante de Dios mañana y
noche. Dice el salmista: “Venid, aclamemos alegremente a Jehová;
cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante
su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos”.—
Manuscrito
12, 1898
.