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El sábado el día de delicia
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Cuando el sábado comienza debemos ponernos en guardia, velar
sobre nuestros actos y palabras, no sea que robemos a Dios, dedi-
cando a nuestro uso el tiempo que pertenece estrictamente al Señor.
No debemos hacer ni permitir que nuestros hijos hagan trabajo al-
guno para ganarse la vida, ni cosa alguna que podría haberse hecho
durante los seis días hábiles. El viernes es el día de preparación.
Entonces puede dedicarse tiempo a los preparativos necesarios para
el sábado, y a pensar y conversar acerca de ello. Nada de lo que a
los ojos del cielo será considerado como violación del santo sábado
debe dejarse para ser dicho o hecho en sábado. Dios requiere no
sólo que evitemos el trabajo físico en sábado, sino que disciplinemos
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nuestra mente para que se espacie en temas sagrados. Se infringe
virtualmente el cuarto mandamiento al conversar de cosas munda-
nales o al dedicarse a una conversación liviana y trivial. El hablar
de cualquier cosa o de todo lo que acude a la mente, es pronunciar
nuestras propias palabras. Toda desviación de lo recto nos pone en
servidumbre y condenación.—
Joyas de los Testimonios 1:287
.
El tiempo del sábado es demasiado precioso para pasarlo
durmiendo
—Durante la semana, nadie debiera permitirse quedar
tan absorbido por sus intereses temporales y tan extenuado por sus
esfuerzos en procura de ganancias materiales, como para que durante
el sábado no tenga fuerza ni energía para darlas al servicio de Dios.
Estamos robando al Señor cuando nos incapacitamos para rendirle
culto en su día santo. Y también nos estamos robando a nosotros
mismos, pues necesitamos el calor y la luz del compañerismo, tanto
como la fortaleza que se pueden ganar de la sabiduría y la experiencia
de otros cristianos.—
The Review and Herald, 13 de junio de 1882
.
No se malgasten en cama las preciosas horas del sábado. El sá-
bado de mañana, la familia debe levantarse temprano. Si se levantan
tarde, hay confusión y apresuramiento en los preparativos para el
desayuno y la escuela sabática. Hay apresuramiento, roces e impa-
ciencia. Así entran en el hogar sentimientos profanos. El sábado, así
profanado, produce cansancio, y en vez de amarse su venida, se la
teme.—
Joyas de los Testimonios 3:23
.
Asistid al culto de la iglesia con los hijos
—Los padres y las
madres debieran convertir en una regla que sus hijos asistan al culto
de la iglesia durante el sábado, y debieran reforzar esa regla con su
propio ejemplo. Nuestro deber es guiar a nuestros hijos y a nuestra