La reverencia por lo que es santo
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dio el orden del servicio, ensalzándolo muy por encima de todo lo
que tuviese naturaleza temporal.—
Joyas de los Testimonios 2:193
.
La casa de Dios es profanada con frecuencia y el sábado es vio-
lado por los hijos de los observadores del sábado. En algunos casos
aun se les permite correr por la casa, jugar, conversar y manifestar
su mal genio en las mismas reuniones donde los santos debieran
rendir culto a Dios en la belleza de la santidad. Y el lugar que de-
bería ser santo, y donde debería reinar una quietud santa, y donde
debiera haber un orden perfecto, limpieza y humildad, se convier-
te en una perfecta Babilonia, “confusión”. Esto es suficiente para
provocar el desagrado de Dios y ahuyentar su presencia de nuestras
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asambleas.—
The Review and Herald, 19 de septiembre de 1854
.
Tenemos más razones para la reverencia que los hebreos
—
Es demasiado cierto que la reverencia por la casa de Dios ha llegado
casi a extinguirse. No se disciernen las cosas y los lugares sagrados,
ni se aprecia lo santo y lo exaltado. ¿No falta en nuestra familia
la piedad ferviente? ¿No se deberá a que se arrastra en el polvo el
alto estandarte de la religión? Dios dio a su antiguo pueblo reglas
de orden, perfectas y exactas. ¿Ha cambiado su carácter? ¿No es
el Dios grande y poderoso que rige en el cielo de los cielos? ¿No
sería bueno que leyésemos con frecuencia las instrucciones dadas
por Dios mismo a los hebreos, para que nosotros, los que tenemos
la luz de la gloriosa verdad, imitemos su reverencia por la casa de
Dios? Tenemos abundantes razones . . . . para ser aun más reflexivos
y reverentes en nuestro culto que los judíos. Pero un enemigo ha
estado trabajando para destruir nuestra fe en el carácter sagrado del
culto cristiano.—
Joyas de los Testimonios 2:198
.
La iglesia, el santuario de la congregación
—La casa es el san-
tuario para la familia, y la cámara o el huerto el lugar más retraído
para el culto individual; pero la iglesia es el santuario para la congre-
gación. Debiera haber reglas respecto al tiempo, el lugar y la manera
de adorer.—
Joyas de los Testimonios 2:193
.
Enseñad a los niños a entrar reverentemente
—Padres, elevad
la norma del cristianismo en la mente de vuestros hijos; ayudadles
a entretejer a Jesús en su experiencia; enseñadles a tener la más
alta reverencia por la casa de Dios y a comprender que cuando
entran en la casa del Señor deben hacerlo con corazón enternecido y
subyugado por pensamientos como éstos: “Dios está aquí, ésta es