Lecciones prácticas del libro de la naturaleza
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corriente de vida al cuerpo, son las leyes de la poderosa Inteligencia
que tiene la jurisdicción del alma. De esa Inteligencia procede toda
la vida. Únicamente en armonía con ella se puede hallar su verdadera
esfera de acción. La condición para todos los objetos de su creación,
es la misma: una vida sostenida por la vida que se recibe de Dios,
una vida que esté en armonía con la voluntad del Creador. Transgre-
dir su ley, física, mental, o moral, significa perder la armonía con el
universo, introducir discordia, anarquía y ruina.
Toda la naturaleza se ilumina para aquel que aprende así a in-
terpretar sus enseñanzas; el mundo es un libro de texto; la vida,
una escuela. La unidad del hombre con la naturaleza y con Dios,
el dominio universal de la ley, los resultados de la transgresión, no
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pueden dejar de hacer impresión en la mente y modelar el carácter.
Estas son las lecciones que nuestros niños deben aprender.—
La
Educación, 95, 96
.
Otras lecciones de las leyes de la naturaleza
—Al cultivar la
tierra, el trabajador reflexivo descubrirá que se abren ante él tesoros
jamás soñados. Nadie puede tener éxito en los trabajos agrícolas o de
la huerta si no presta atención a las leyes que entrañan. Es necesario
estudiar las necesidades especiales de cada variedad de plantas.
Las diversas variedades requieren terreno y cultivo diferentes, y la
condición del éxito es la obediencia a las leyes que rigen a cada
una. La atención requerida al trasplantar, para que no se cambien de
lugar ni amontonen siquiera las raíces más finas, el cuidado de las
plantas tiernas, la poda y el riego; la protección contra la helada de
la noche y el sol durante el día, el cuidado de mantener alejadas las
malas hierbas, las enfermedades y las plagas de insectos, el arreglo
de las plantas, no sólo enseñan lecciones importantes en cuanto al
desarrollo del carácter, sino que el trabajo mismo es un medio de
desarrollo. Al desarrollar el cuidado, la paciencia, la atención a los
detalles, la obediencia a la ley, se obtiene una educación esencial.
El contacto constante con el misterio de la vida y el encanto de la
naturaleza, así como la ternura necesaria para cuidar esos hermosos
objetos de la creación de Dios, tienden a vivificar la mente y refinar
y elevar el carácter, y las lecciones aprendidas preparan al trabajador
para tratar con más éxito con otras mentes.—
La Educación, 107,
108
.