Página 194 - Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica (1992)

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El Espíritu Santo es esencial para el éxito
Los dirigentes y maestros de la escuela sabática necesitan la
dirección e instrucción del Espíritu Santo, para poder ser verdaderos
educadores, aptos para inspirar el pensamiento y hacer recordar las
cosas que han enseñado a sus alumnos. Es oficio del Espíritu Santo
traer a la memoria, de una manera clara y distinta, las palabras y
obras de Cristo, para que aquellos que enseñan acerca del Redentor
del mundo, tengan el poder de levantar a Cristo ante el entendimiento
de sus clases. En todos los arreglos de la escuela sabática se necesita
la ayuda del Espíritu Santo, a fin de que sean elegidos hombres
y mujeres de Dios para ocupar los puestos de responsabilidad en
calidad de dirigentes y maestros.
No es lo mejor tener la escuela siempre bajo la dirección del
mismo hombre; porque le dará el molde de su propia mente y de sus
ideas personales; debería en cambio haber en la escuela obreros que
puedan impartir nuevos pensamientos, y hacer adelantar la escuela
en la vida espiritual. Puede ser que la escuela esté apegada a uno que
ha servido durante mucho tiempo y fielmente, pero hay que tomar
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en cuenta el bien de la escuela, antes que las preferencias personales
de los maestros o alumnos. Cuando es evidente que un cambio
sería provechoso para la escuela, por el advenimiento de obreros
que saben lo que es sentir una preocupación por las almas, no se
permita que cosa alguna lo impida. Aquellos que no ambicionan
ensalzarse a sí mismos, aunque por este arreglo se los cambie de
sus puestos, echarán ávidamente mano de todo recurso por el cual
se pueda elevar y adelantar a los alumnos de la escuela sabática.
Aquellos que son antiguos y expertos en la obra, han aprendido las
cosas que ayudarán a fomentar la causa de Dios, y los hombres más
jóvenes, que no están adaptados enteramente a la obra, deberían
seguir el ejemplo de los hermanos mayores, que han sido fieles en
lo que les fué encomendado, y adquirir de esta manera sabiduría y
tacto, a fin de poder lograr el éxito esencial para toda buena obra...
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