Empezad a la hora fijada
Las reuniones de junta y de oración no deben ser tediosas. Si es
posible, todos deberían ser puntuales en llegar a la hora señalada;
y si hay personas que no llegan a tiempo, que se atrasan una media
hora o aun quince minutos, no se las debe esperar. Si hay solamente
dos personas presentes, ellas pueden reclamar el cumplimiento de
la promesa. La reunión debe empezar a la hora fijada, si es posible,
haya presentes pocos o muchos.—
The Review and Herald, 30 de
mayo de 1871
.
201