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Consejos Sobre la Obra de la Escuela Sabatica
capaces de dirigir la voluntad y guiar a sus alumnos en el camino de
la obediencia; pero nadie se imagine que con amenazas podrá ganar
sus afectos. Tenemos que trabajar como Cristo.
Hay muchos que subestiman el mal que causa un error cuando se
manifiesta en ellos mismos, pero que reconocen plenamente su in-
fluencia cuando se revela en otros. En todas partes nos encontramos
con personas que ignoran enteramente que poseen características
que es necesario modificar. Otros pueden ver sus rasgos de carácter
censurables, pero cuando se los reprende, se imaginan que se los ha
juzgado mal. El maestro debería examinar cuidadosamente su pro-
pio corazón a la luz de la eternidad, para poder representar delante
de sus discípulos aquello que él desea que sean. Debería aprender
diariamente en la escuela de Cristo, permaneciendo en Cristo como
permanece el pámpano en la vid, para poder comunicar a otros lo
que él mismo ha recibido de Cristo.
Autodisciplina
El maestro que quiere sujetar a sus alumnos a la disciplina, tiene
que llegar a estar él mismo primero bajo el dominio de Cristo. Jesús
dijo: “El que me sigue no andará en tinieblas; mas tendrá la lumbre
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de la vida.” Con iluminación divina, podéis trabajar como trabajó
Cristo; porque su luz puede alumbrar por medio de vosotros la senda
de todo pecador impenitente con quien os relacionéis. ¿Sois en
verdad maestros que enseñan los caminos de Dios? Si sois maestros
convertidos podréis conquistar, no arrear; atraer, no ahuyentar a las
almas por las cuales Cristo murió. Cuidaréis y velaréis por las ovejas
y los corderitos del redil de Cristo. Si se extravían, no los dejaréis
perecer, sino que saldréis a buscar y salvar lo que se ha perdido. Todo
el cielo estará pronto para ayudaros en esta buena obra. Los ángeles
os secundarán en vuestro esfuerzo de hallar la llave del corazón
del más incorregible y desobediente. Recibiréis gracia especial, y
fuerza por medio de Cristo, el cual puede proveeros de su plenitud
inconmensurable. Se os hará aptos para ser colaboradores de Dios,
uno con Cristo en vuestro esfuerzo para salvar a los perdidos, y el
resultado de vuestro trabajo de amor será visto no sólo en el tiempo
presente, sino durante la eternidad.—
Testimonies on Sabbath-School
Work, 80-82
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