No descuidéis a los niños
Aunque se ha hecho algo por la educación y la disciplina reli-
giosa de la juventud, falta mucho todavía. Muchos más necesitan
que se los anime y ayude. No se hace el trabajo personal que el
caso requiere. No son sólo los pastores los que han desatendido
esta solemne obra de salvar a la juventud; también los miembros de
la iglesia tendrán que dar cuenta al Maestro por su indiferencia y
descuido del deber.
No se glorifica al Señor cuando se descuida o pasa por alto a
los niños. Se los debe educar, disciplinar e instruir con paciencia.
Necesitan más que una atención casual, más que una palabra de
estímulo. Es necesario trabajar por ellos esforzada y cuidadosamen-
te, y con oración. El corazón que está lleno de amor y simpatía
alcanzará el corazón de los oyentes aparentemente negligentes y sin
esperanza.—
Testimonies on Sabbath-School Work, 114, 115
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