Página 223 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La recreación
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Es privilegio y deber de los cristianos procurar refrigerar su es-
píritu y vigorizar su cuerpo mediante recreaciones inocentes, con el
propósito de utilizar sus facultades físicas y mentales para la gloria
de Dios. Nuestras recreaciones no deben consistir en escenas de
alegría sin sentido ni rebajarse a la insensatez. Podemos dirigirlas
de tal manera que beneficien y eleven a aquellos con quienes nos
asociamos, y nos dejen a ellos y a nosotros mismos mejor prepa-
rados para cumplir con éxito los deberes que nos incumben como
cristianos
El tiempo pasado en ejercicio físico no es perdido. Un ejerci-
cio proporcionado de todos los órganos y facultades del cuerpo es
esencial para el mejor trabajo de cada uno. Cuando el cerebro está
constantemente recargado, en tanto que los demás órganos de la
maquinaria viviente se hallan inactivos, hay una pérdida de fuerza
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física y mental. El sistema físico es despojado de su saludable tono,
la mente pierde su frescura y vigor, y una excitabilidad morbosa es
la consecuencia.
Los que se dedican al estudio deben tener solaz. La mente no
debe dedicarse constantemente a la reflexión detenida, porque se
gastaría la delicada maquinaria mental. Tanto el cuerpo como la
mente deben tener ejercicio
Recreación en la que pueden participar por igual los ricos y los
pobres
No se puede hacer que los jóvenes sean tan calmosos y graves
como los ancianos, el hijo tan serio como el padre. Aunque se
condenan las diversiones pecaminosas, como en verdad debe hacerse,
que los padres, maestros y tutores de los jóvenes provean en su lugar
placeres inocentes, que no mancillen ni corrompan la moral. No
sujetéis a los jóvenes bajo reglas y restricciones rígidas, que los
induzcan a sentirse oprimidos, y a precipitarse en sendas de locura y
destrucción. Con mano firme, bondadosa y considerada, sujetad las
riendas del gobierno, guiando y vigilando sus mentes y propósitos,
aunque de manera tan suave, sabia y amorosa, que ellos puedan
darse cuenta de que tenéis presentes sus mejores intereses
Existen modos de recreación que son muy benéficos para la
mente y el cuerpo. Un intelecto ilustrado y discernidor hallará abun-