Página 355 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Cómo tratar con los que yerran
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No siempre podréis sentir la respuesta inmediata, pero es entonces
cuando es probada la fe
Sólo Cristo puede juzgar al hombre
Cristo se humilló para encabezar a la humanidad, para afrontar
las tentaciones y sobrellevar las pruebas que los hombres deben
arrostrar y soportar. Debía conocer lo que la humanidad debe arros-
trar de parte del enemigo caído, a fin de saber cómo socorrer a los
que son tentados.
Y Cristo ha sido hecho nuestro Juez. No es el Padre el Juez.
Tampoco lo son los ángeles. Nos juzgará Aquel que se revistió de
nuestra humanidad y vivió una vida perfecta en este mundo. El
solo puede ser nuestro Juez. ¿Os acordaréis de ello, hermanos y
hermanas? ¿Lo recordaréis también vosotros los predicadores? ¿Y
vosotros también, padres y madres? Cristo se revistió de nuestra
humanidad para poder ser nuestro Juez. Ninguno de vosotros ha sido
designado para juzgar a otros. Todo lo que podéis hacer es corregiros
a vosotros mismos. Os exhorto, en el nombre de Cristo, a obedecer
la orden que os da, de no sentaros jamás en el sitial del juez. Día tras
día, este mensaje ha repercutido en mis oídos: “Bajad del estrado
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del tribunal. Bajad de él con humildad”
Dios no considera todos los pecados como de igual magnitud;
hay grados de culpabilidad en su estima como en la del hombre
finito. Pero por trivial que parezca a los ojos de los hombres este o
aquel otro mal, ningún pecado es pequeño a la vista de Dios. Los
pecados que el hombre está dispuesto a considerar como pequeños
pueden ser los que Dios tiene por grandes crímenes. Se desprecia al
borracho, se le dice que su pecado lo excluirá del cielo, mientras que
el orgullo y el egoísmo y la codicia no reciben reprensión. Pero estos
pecados ofenden particularmente a Dios. El “resiste a los soberbios”
(
Santiago 4:6
) y Pablo dice que la avaricia es idolatría.
Colosenses
3:5
. Los que conocen las denuncias pronunciadas en la Palabra de
Dios contra la idolatría, verán en seguida cuán grave ofensa es este
pecado
[471]
Joyas de los Testimonios 2:246-248
.
Joyas de los Testimonios 1:323, 324
.
Joyas de los Testimonios 2:253-256
.