Página 227 - Consejos Sobre el R

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régimen durante la infancia
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firmes estarán preparados para presentarse limpios en medio de la
contaminación moral de esta era corrupta...
La mesa de muchas mujeres que profesan ser cristianas es servi-
da diariamente con una variedad de platos que irritan el estómago
y afiebran el organismo. La carne constituye el alimento principal
servido en la mesa de algunas familias, y como consecuencia su
sangre está llena de humores cancerosos y escrofulosos. Sus cuerpos
se componen de lo que comen. Pero cuando se presentan el sufri-
miento y la enfermedad, se los considera como una aflicción de la
Providencia.
[275]
Repetimos, la intemperancia empieza en nuestras mesas. Se
complace al apetito hasta que su complacencia se vuelve una segun-
da naturaleza. Por el uso del café y el té se fomenta el deseo por
el tabaco, y esto despierta el gusto por las bebidas alcohólicas.—
Testimonies for the Church 3:563 (1875)
.
352. Emprendan los padres una cruzada antialcohólica en sus
propios hogares, mediante los principios que enseñen a sus hijos
para que éstos los sigan desde la infancia, y podrán entonces esperar
éxito.—
El Ministerio de Curación, 257 (1905)
.
353. Los padres deben considerar como su primer objetivo el
tratar con inteligencia a los hijos, para que puedan obtener para ellos
mentes sanas en cuerpos sanos. Los principios de la temperancia
deben llevarse a cabo en todos sus detalles de la vida familiar. Se
debe inculcar en los niños el sacrificio propio, e imponérselo, hasta
donde se puede, desde la infancia.—
Christian Temperance and Bible
Hygiene, 46
;
Counsels on Health, 113 (1890)
.
[
Alimentos irritantes que ocasionan una sed que el agua no
calmará—558
]
354. Muchos padres educan los gustos de sus hijos y forman su
apetito. Les permiten comer carne y beber té y café. Los alimentos a
base de carne y altamente sazonados, y el té y café cuyo consumo
algunas madres fomentan en sus hijos, los preparan para desear
estimulantes más fuertes, como el tabaco. El uso de éste despierta
el deseo de ingerir bebidas alcohólicas; y el consumo de tabaco y
bebidas reduce invariablemente la energía nerviosa.
Si las sensibilidades morales de los cristianos se aguzaran en el
tema de la temperancia en todas las cosas, podrían, por su ejemplo,
y principiando en sus mesas, ayudar a los que tienen poco dominio