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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
alimentos muy sazonados a los cuales han estado acostumbrados,
pero debe hacerse un esfuerzo para darles alimentos que sean tan
sanos y tan apetitosos que dejen de extrañar los platos perjudiciales.
Mostradles que el tratamiento que les fue dado no los beneficiará a
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menos que realicen los cambios necesarios en sus hábitos de comer
y beber.
427. En todos nuestros sanatorios debe arreglarse un amplio
menú para el comedor de los pacientes. No he visto nada muy extra-
vagante en ninguna de nuestras instituciones médicas, pero he visto
algunas mesas decididamente pobres en la provisión de alimentos
de buena calidad, atractivos y sabrosos. A menudo los pacientes
de esas instituciones, después de permanecer por un tiempo, han
decidido que estaban pagando una gran suma de dinero por la pieza,
la pensión y el tratamiento, sin recibir mucho como recompensa, y
por lo tanto se han ido. Por supuesto, pronto hubo en circulación
quejas para gran descrédito de la institución.—
Carta 45, 1903
.
Dos extremos
Existen dos extremos, y debemos evitarlos. Que el Señor ayude a
todos los que están relacionados con nuestras instituciones médicas
a no abogar por una provisión escasa de alimentos. Los hombres y
las mujeres del mundo que vienen a nuestro sanatorio, a menudo
tienen apetitos pervertidos. No pueden hacerse cambios radicales en
forma repentina para todas estas personas. Algunos no pueden ser
colocados de inmediato a base de un régimen tan sencillo, según la
reforma pro salud, como sería aceptable en una familia privada. En
una institución médica hay apetitos variados que satisfacer. Algunos
requieren verduras bien preparadas para hacer frente a sus necesi-
dades peculiares. A otros no les ha sido posible usar hortalizas sin
sufrir las consecuencias. Los pobres enfermos dispépticos necesitan
recibir muchas palabras de ánimo. Que la influencia religiosa de un
hogar cristiano sature el sanatorio. Esto conducirá a la salud de los
pacientes. Todas estas cosas han de ser manejadas con cuidado y
oración. El Señor comprende las necesidades que deben superarse,
y él será vuestro ayudador...