Las carnes (continuación de “las proteínas”)
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Debe darse educación sobre el régimen alimenticio, el vestido y el
ejercicio adecuados. No solamente nuestro propio pueblo debe ser
educado, sino los que no han recibido la luz sobre la reforma pro
salud deben ser enseñados cómo vivir en forma sana, de acuerdo
con las disposiciones de Dios. Pero si nosotros mismos no tenemos
una norma a este respecto, ¿qué necesidad hay de hacer tan grandes
inversiones para establecer un instituto de salud? ¿Cuándo se realiza
la reforma?
No puedo admitir que estamos marchando según las disposi-
ciones divinas. Debemos instituir un orden diferente de cosas, o de
otra suerte abandonar el nombre de Instituto de Salud; porque sería
totalmente inapropiado. El Señor me ha mostrado que el Instituto
de Salud no debe ser amoldado de tal suerte que satisfaga el apetito
o las ideas de cualquier persona. Me doy cuenta de que la excusa
para permitirse el consumo de carne en la institución ha sido que
las personas que buscan placer y acuden a él no están conformes
con ningún otro régimen. En ese caso, déjeselos que vayan a donde
puedan obtener esa clase de alimentación. Cuando la institución no
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puede regirse, aun para los huéspedes, de acuerdo con los principios
rectos, cambie entonces el nombre que ha asumido. Pero la excusa
en que se ha insistido ya no existe, porque los clientes de afuerason
muy pocos.
Se hace un daño real al organismo al comer constantemente
carne. No hay para ello otra excusa que el apetito depravado y per-
vertido. Ud. preguntará: ¿Eliminaría Ud. completamente el consumo
de carne? Contesto: Con el tiempo llegaría a eso, pero no estamos
preparados para dar este paso precisamente ahora. Con el tiempo
se descartará del todo el consumo de carne. La carne de animales
no compondrá más una parte de nuestro régimen; y miraremos las
carnicerías con disgusto...
Estamos constituidos por aquello que comemos. ¿Fortalecere-
mos las pasiones animales comiendo carne de animales? En lugar
de enseñar el gusto a complacerse con esta dieta tosca, ya es tiempo
de que aprendamos a subsistir a base de frutas, cereales, legumbres
y hortalizas. Esta es la tarea de todos los que están relacionados con
nuestras instituciones. Usese cada vez menos carne, hasta abando-
narla por completo. Si se descarta la carne, si el gusto no es educado
en esa dirección, si se estimula el deseo de comer frutas y cerea-