Página 66 - Consejos Sobre el R

Basic HTML Version

62
Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
dad, se siguen prácticas deshonestas y se manifiesta pasión, y todo
porque los nervios del cerebro están enfermos por el abuso cometido
con el estómago.—
Manuscrito 93, 1901
.
72. Algunos no pueden ser impresionados con la necesidad de
comer y beber para la gloria de Dios. La complacencia del apetito los
[63]
afecta en todas las relaciones de la vida. Esto se ve en su familia, en
su iglesia, en las reuniones de oración y en la conducta de sus hijos.
Ha sido la maldición de su vida. No podéis conseguir que entiendan
las verdades para estos últimos días. Dios ha hecho provisión en
forma abundante para el sustento y la felicidad de todas sus criaturas;
y si sus leyes nunca fueran violadas, y todos actuaran en armonía
con la voluntad divina, se experimentaría salud, paz y felicidad en
lugar de miseria y continuo mal.—
Testimonies for the Church 2:368
(1870)
.
73. El Redentor del mundo sabía que la complacencia del apetito
produciría debilidad física y embotaría de tal manera los órganos
de la percepción, que no discernirían las cosas sagradas y eternas.
Cristo sabía que el mundo estaba entregado a la glotonería y que
esta sensualidad pervertiría las facultades morales. Si la costumbre
de complacer el apetito dominaba de tal manera a la especie que, a
fin de romper su poder, el divino Hijo de Dios tuvo que ayunar casi
seis semanas en favor del hombre, ¡qué obra confronta el cristiano
para poder vencer como Cristo venció! El poder de la tentación a
complacer el apetito pervertido puede medirse únicamente por la
angustia indecible de Cristo en aquel largo ayuno en el desierto.
Cristo sabía que a fin de llevar a cabo con éxito el plan de
salvación, debía comenzar la obra de redimir al hombre donde había
comenzado la ruina. Adán cayó por satisfacer el apetito. A fin de
enseñar al hombre su obligación de obedecer a la ley de Dios, Cristo
empezó su obra de redención reformando los hábitos físicos del
hombre. La decadencia de la virtud y la degeneración de la especie
se deben principalmente a la complacencia del apetito pervertido.—
Joyas de los Testimonios 1:416, 417 (1875)
.
Responsabilidades y tentaciones especiales de los ministros
A todos, especialmente a los predicadores que enseñan la ver-
dad, incumbe la solemne responsabilidad de vencer en lo tocante al
[64]