El ejemplo de Cristo
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Al decir Jesús a sus discípulos que la mies era mucha y pocos
los obreros, no insistió en que trabajaran sin descanso, sino que les
mandó: “Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su
mies”. Y hoy también el Señor dice a sus obreros fatigados lo que
dijera a sus primeros discípulos: “Venid vosotros aparte,...y reposad
un poco”.
Todos los que están en la escuela de Dios necesitan de una
hora tranquila para la meditación, a solas consigo mismos, con la
naturaleza y con Dios... Cada uno de nosotros ha de oír la voz de
Dios hablar a su corazón. Cuando toda otra voz calla, y tranquilos
en su presencia esperamos, el silencio del alma hace más perceptible
la voz de Dios. El nos dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy
Dios”. Esta es la preparación eficaz para toda labor para Dios. En
medio de la presurosa muchedumbre y de las intensas actividades
de la vida, el que así se refrigera se verá envuelto en un ambiente de
luz y paz. Recibirá nuevo caudal de fuerza física y mental. Su vida
exhalará fragancia y dará prueba de un poder divino que alcanzará a
los corazones de los hombres.
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