Página 211 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Equilibrio entre el trabajo físico y el mental
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para influir en la formación de la sociedad. Muchos de los jóvenes
que se graduaran de tales instituciones, saldrían con estabilidad de
carácter. Tendrían perseverancia, fortaleza y valor para sobrepasar
obstáculos y poseerían principios tales que no los dejarían ser movi-
dos de un lado a otro por las malas influencias, por muy populares
que éstas fueran..
Las jovencitas debieron haber sido instruidas en la manufactura
de prendas de vestir, en cortar, hacer y remendar ropa, preparándo-
se así para realizar los deberes prácticos de la vida. Deben haber
establecimientos donde los jóvenes puedan aprender diferentes ofi-
cios, que requieran tanto el ejercicio de sus músculos como el de
sus mentes. Si los jóvenes tuvieran acceso sólo a una educación
limitada, ¿cuál sería más esencial, un conocimiento de las ciencias,
con todas las desventajas para la salud y la vida, o un conocimiento
del trabajo para la vida práctica? Respondemos sin vacilación que la
última sería de mayor beneficio. Si algo se debe descuidar, que sea
el estudio de los libros.
Muchas señoritas se han casado y tienen familia, pero saben
poco acerca de los deberes de una madre y esposa. Pueden tocar un
instrumento de música pero no saben cocinar. Ignoran cómo hacer
un buen pan, algo que es esencial para la salud de la familia. No
pueden cortar ni hacer ropa, porque nunca aprendieron. Consideraron
estas tareas como cosas de poca importancia y después de casadas,
tanto ellas como sus niños, dependen de otras personas para el
cumplimiento de estos deberes. Esta ignorancia inexcusable de los
deberes más importantes de la vida, es lo que hace infelices a muchas
familias.
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La idea de que el trabajo es degradante ha llevado a muchos a
la tumba prematuramente. Aquellos que realizan únicamente tareas
manuales, frecuentemente trabajan en exceso, sin tomar períodos
de descanso, mientras que los intelectuales sobrecargan el cerebro
y sufren por falta de vigor saludable que produce el trabajo físico.
Si el intelectual compartiera en cierta medida la carga de la clase
trabajadora, y fortaleciera así los músculos, la clase trabajadora
podría dedicar una porción de su tiempo a la cultura de la mente
y del espíritu. Los de hábitos sedentarios y literarios, deben hacer
[
Testimonies for the Church 3:152-159
.
]