Página 212 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
trabajo físico, aunque no necesiten la remuneración monetaria. La
salud debe ser motivo suficiente para inducirlos a combinar la labor
física con la intelectual.
Se deben combinar las culturas física, moral e intelectual, a fin
de formar hombres y mujeres bien desarrollados. Algunos poseen
mayor fortaleza intelectual que otros, mientras que otros se inclinan
a disfrutar de la labor física. Ambas clases deben mejorar cultivando
los aspectos en que ahora son deficientes...
Las mentes de las personas intelectuales trabajan asiduamente,
mientras que existe otra clase cuya más elevada ambición en la vida
es el trabajo físico. Esta última no ejercita la mente. Sus músculos
son ejercitados mientras que sus cerebros pierden el vigor intelec-
tual; en la misma forma como las mentes de los intelectuales son
desarrolladas, mientras que sus cuerpos pierden la fortaleza al no
ejercitar los músculos. Los que se conforman con dedicar sus vidas
al trabajo físico y dejan que otros piensen por ellos, tendrán mucha
fuerza muscular, pero sus intelectos serán débiles. Su influencia para
el bien es pequeña, comparada con lo que podría ser si desarrollaran
sus cerebros al igual que sus músculos. Esta clase es vencida más
fácilmente por la enfermedad. El sistema es vitalizado para resistir
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la enfermedad, mediante la fuerza eléctrica del cerebro.
Las personas que poseen buenas facultades físicas deben apren-
der a pensar y actuar y no dejar que otros piensen por ellos. Es un
error popular considerar que el trabajo es degradante. Debido a él,
los jóvenes se muestran ansiosos por conseguir una educación inte-
lectual, a fin de convertirse en maestros, oficinistas, comerciantes,
abogados y ocupar casi cualquier posición que no requiera trabajo
físico. Las señoritas consideran que el trabajo doméstico es degra-
dante. Y aunque el trabajo físico requerido para realizar las tareas
de la casa, si no es muy severo, promueve la salud, ellas buscarán
una educación que las capacite para ser maestras u oficinistas, o
aprenderán algún oficio que las confinará a empleos sedentarios. El
color saludable desaparece de sus mejillas, y la enfermedad hace
presa de ellas, porque se privan del ejercicio físico necesario y sus
hábitos se pervierten. Quieren disfrutar de la vida delicada, lo cual
no es sino enfermedad y decadencia.
Es cierto, las señoritas tienen razón por no escoger emplearse
para realizar labores domésticas: porque los que contratan cocineras,