La Biblia como consejera
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tal revelación. Pero Dios ha revelado todo lo que es necesario para
nuestra salvación. No debemos dejar su palabra para aceptar las
suposiciones de los seres humanos.
Obtened un conocimiento experimental de Dios llevando el yugo
de Cristo. El concede sabiduría a los humildes y a los mansos, y les
permite juzgar lo que es la verdad y captar las razones fundamentales,
a fin de señalar los resultados de ciertas acciones. El Espíritu Santo
enseña a los estudiantes de las Escrituras a juzgar todas la cosas por
medio de las normas de justicia y de verdad. La revelación divina le
proporciona los conocimientos necesarios.
Y los conocimientos necesarios serán dados a todos los que
acuden a Cristo, que reciben y practican sus enseñanzas y que con-
vierten sus palabras en una parte de su vida. Los que se colocan bajo
la instrucción del gran Médico Misionero, a fin de ser colaboradores
juntamente con él, tendrán un conocimiento que el mundo, con toda
su sabiduría tradicional, no puede suplir.
Convertid la Biblia en vuestro consejero. Llegaréis a familia-
rizaros rápidamente con ella si mantenéis vuestra mente libre de
la escoria del mundo. Cuanto más se estudie la Biblia, tanto más
profundo llegará a ser el conocimiento de Dios. Las verdades de su
palabra serán escritas en vuestra alma y realizarán una impresión
imborrable.
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No sólo se beneficiará el estudiante mismo por el estudio de la
Palabra de Dios. Su estudio es vida y salvación para todos los que
se relacionan con él. Experimentará una responsabilidad sagrada de
impartir el conocimiento que recibe. Su vida revelará la ayuda y el
poder que recibe de la comunión con la Palabra. La participación
del Espíritu se verá en los pensamientos, las palabras y las obras.
Todo lo que diga y haga proclamará que Dios es luz y que en él no
hay tinieblas. El Señor Jesús puede decir de los tales: “Vosotros sois
colaboradores juntamente con Dios”.