Se debe gobernar el cuerpo
57
desembarazarnos de toda influencia que pudiera mantener nuestros
pensamientos cautivos y alejarnos de Dios. Tenemos ante Dios la sa-
grada obligación de gobernar nuestros cuerpos y controlar nuestros
apetitos y pasiones de tal manera que no nos aparten de la pureza y
la santidad ni alejen nuestras mentes de la obra que Dios requiere de
nosotros. Léase
Romanos 12:1
.