Página 79 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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El aire puro y la luz solar
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circulación del aire y no permiten la entrada de los rayos del sol.
Como consecuencia, la casa se vuelve húmeda. Durante las esta-
ciones lluviosas, en especial, los cuartos de dormir se mantienen
húmedos. Y las personas que los ocupan llegan a enfermarse de
reumatismo, neuralgias y molestias pulmonares que generalmente
terminan en afecciones más serias. En general los árboles frondosos
echan muchas hojas que, si no se limpian inmediatamente, se des-
componen y corrompen el ambiente. Un patio adornado de árboles y
arbustos a prudente distancia de la casa, ejerce una influencia alegre
y saludable sobre toda la familia, si se los mantiene bien cuidados.
En la medida de lo posible, se deben construir las casas en terrenos
secos y elevados. Si se construye una casa donde el agua tiende a
empozarse por un tiempo, y luego se seca, se producen miasmas
venenosas, que con el tiempo ocasionan fiebres, dolores de garganta,
enfermedades pulmonares y otros malestares.
Muchos han pretendido que Dios los libraría de las enfermedades
sólo porque así se lo habían pedido. Pero Dios no ha contestado sus
oraciones porque su fe no se ha perfeccionado mediante sus obras.
Dios no realizará ningún milagro para evitar que las enfermedades
recaigan sobre las personas que no se cuidan, y que continuamente
se mantienen violando las leyes de la salud, sin hacer mayor esfuerzo
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para prevenir tales enfermedades. Cuando hacemos todo lo que está
de nuestra parte para conservar la salud, entonces podemos esperar
que los benditos resultados se produzcan y pedirle a Dios con fe
que bendiga nuestros esfuerzos relacionados con la preservación de
nuestra salud. Entonces contestará nuestras oraciones, si al hacerlo
su nombre puede ser glorificado. Pero que todos comprendan que
tienen un trabajo que hacer. Dios no obrará en forma milagrosa para
preservar la salud de quienes, por causa de su descuido irresponsable
de las leyes de la salud, siguen un curso seguro hacia la enfermedad.