Página 90 - Consejos Sobre la Salud (1989)

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Consejos Sobre la Salud
alimentos producirá una condición mórbida de los sentimientos
morales. Y si esos alimentos no son de los más saludables, los efectos
son todavía más detrimentales. Cualquier hábito que no promueva la
salud del cuerpo humano, degrada las facultades elevadas y nobles
del individuo. Los hábitos equivocados de comer y beber conducen a
la comisión de errores de pensamiento y acción. La complacencia de
los apetitos fortalece los instintos animales, dándoles la supremacía
sobre las facultades mentales y espirituales.
“Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os
abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma” (
1
Pedro 2:11
), es el consejo del apóstol Pedro. Pero muchos consi-
deran que esta amonestación se refiere sólo a los licenciosos, sin
darse cuenta de su significado más extenso. Estas palabras pueden
proteger al cristiano contra la gratificación de cada apetito dañino
y cada pasión. Es una advertencia muy enérgica contra el uso de
estimulantes y narcóticos, tales como té, café, tabaco, alcohol y mor-
fina. La complacencia de estos apetitos bien puede catalogarse entre
las prácticas que ejercen una influencia perniciosa sobre el carácter
moral del individuo. Mientras más temprano se formen estos hábitos
perjudiciales, más firmemente esclavizarán a sus víctimas en el vicio,
y más seguramente les harán rebajar las normas de la espiritualidad.
Las enseñanzas bíblicas causarán sólo una impresión débil en
aquellos cuyas facultades se hallen entorpecidas por la indulgencia
del apetito. Hay miles que prefieren sacrificar no sólo la salud, sino
la vida misma y aun su esperanza de alcanzar el cielo, antes que
declarar la guerra contra sus apetitos pervertidos. Una dama, que
por muchos años pretendía estar santificada, dijo que si tuviera que
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escoger entre su pipa y el cielo, diría: “Adiós cielo; no puedo vencer
la afición que le tengo a mi pipa”. Este ídolo estaba entronizado de
tal manera en su alma que dejaba un lugar secundario a Jesús. ¡Sin
embargo esta dama pretendía pertenecer totalmente al Señor!
Los que son verdaderamente santificados, no importa dónde
se encuentren, mantendrán altas normas de moralidad al practicar
hábitos físicos correctos y, como Daniel, constituirán un ejemplo de
temperancia y autocontrol para los demás. Todo apetito depravado
se convierte en una pasión descontrolada. Toda acción contraria a las
leyes de la naturaleza crea en el alma una condición enfermiza. La
complacencia de los apetitos causa problemas digestivos, entorpece