Página 319 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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Los primeros evangelistas
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personales. El Salvador los revestirá con una panoplia divina. Su
Espíritu Santo influirá en la mente y en el corazón, de manera que la
voz no copiará las notas de los aullidos de los lobos.
Continuando sus instrucciones a sus discípulos, Jesús dijo:
“Guardaos de los hombres.” No debían poner confianza implíci-
ta en aquellos que no conocían a Dios, ni hacerlos sus confidentes;
porque esto daría una ventaja a los agentes de Satanás. Las inven-
ciones humanas contrarrestan con frecuencia los planes de Dios.
Los que edifican el templo del Señor deben construir de acuerdo
con el dechado mostrado en el monte: la semejanza divina. Dios
queda deshonrado, y traicionado el Evangelio, cuando sus siervos
dependen de los consejos de hombres que no están bajo la dirección
del Espíritu Santo. La sabiduría humana es locura para Dios. Los
que en ella confían, errarán ciertamente.
“Os entregarán a los concilios ... y seréis llevados ante goberna-
dores y reyes por mi causa, para testimonio a ellos y a las naciones.
La persecución esparcirá la luz. Los siervos de Cristo serán llevados
ante los grandes de la tierra, quienes, de otra manera, nunca habrían
oído tal vez el Evangelio. La verdad ha sido presentada falsamente a
estos hombres. Han escuchado falsas acusaciones contra la fe de los
discípulos de Cristo. Con frecuencia su único medio de conocer el
verdadero carácter de esta fe es el testimonio de aquellos que son
llevados a juicio por ella. En el examen, se les pide que contesten,
y sus jueces escuchan el testimonio dado. La gracia de Dios será
concedida a sus siervos para hacer frente a la emergencia. “En aque-
lla hora os será dado—dijo Jesús,—qué habéis de hablar. Porque
no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre
que habla en vosotros.” Al iluminar el Espíritu de Dios la mente
de sus siervos, la verdad será presentada con su poder divino y su
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alto valor. Los que rechazan la verdad se levantarán para acusar y
oprimir a los discípulos. Pero bajo la pérdida y el sufrimiento, y aun
hasta la muerte, los hijos del Señor han de revelar la mansedumbre
de su divino Ejemplo. Así se verá el contraste entre los agentes de
Satanás y los representantes de Cristo. El Salvador será ensalzado
delante de los gobernantes y delante de la gente.
Los discípulos no fueron dotados del valor y la fortaleza de los
mártires hasta que necesitaron esta gracia. Entonces se cumplió la
promesa del Salvador. Cuando Pedro y Juan testificaron delante del