Página 428 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

Basic HTML Version

424
El Deseado de Todas las Gentes
mas las tinieblas no la comprendieron.” “Era la luz verdadera, que
alumbra a todo hombre que viene a este mundo.
Y mucho después
de haber ascendido Jesús al cielo, Pedro también, escribiendo bajo la
iluminación del Espíritu divino, recordó el símbolo que Cristo había
usado: “Tenemos también la palabra profética más permanente, a la
cual hacéis bien de estar atentos como a una antorcha que alumbra
en lugar obscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana
salga en vuestros corazones.
En la manifestación de Dios a su pueblo, la luz había sido siem-
pre un símbolo de su presencia. A la orden de la palabra creadora,
en el principio, la luz resplandeció de las tinieblas. La luz fué en-
vuelta en la columna de nube de día y en la columna de fuego de
noche, para guiar a las numerosas huestes de Israel. La luz brilló con
tremenda majestad, alrededor del Señor, sobre el monte Sinaí. La
luz descansaba sobre el propiciatorio en el tabernáculo. La luz llenó
el templo de Salomón al ser dedicado. La luz brilló sobre las colinas
de Belén cuando los ángeles trajeron a los pastores que velaban el
mensaje de la redención.
Dios es luz; y en las palabras: “Yo soy la luz del mundo,” Cristo
declaró su unidad con Dios, y su relación con toda la familia hu-
mana. Era él quien al principio había hecho “que de las tinieblas
resplandeciese la luz.
El es la luz del sol, la luna y las estrellas.
El era la luz espiritual que mediante símbolos, figuras y profecías,
había resplandecido sobre Israel. Pero la luz no era dada solamente
para los judíos. Como los rayos del sol penetran hasta los remotos
rincones de la tierra, así la luz del Sol de justicia brilla sobre toda
alma.
“Aquel era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que
viene a este mundo.” El mundo ha tenido sus grandes maestros,
hombres de intelecto gigantesco y penetración maravillosa, hombres
cuyas declaraciones han estimulado el pensamiento y abierto vastos
campos de conocimiento; y esos hombres han sido honrados como
guías y benefactores de su raza. Pero hay Uno que está por encima
de ellos. “Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser
hechos hijos de Dios.” “A Dios nadie le vió jamás: el unigénito Hijo,
que está en el seno del Padre, él le declaró.
Podemos remontar la
[430]
línea de los grandes maestros del mundo hasta donde se extienden
los anales humanos; pero la Luz era anterior a ellos. Como la luna