Página 570 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El Deseado de Todas las Gentes
Pero Israel como nación se había divorciado de Dios. Las ramas
naturales del olivo estaban quebradas. Mirando por última vez al
interior del templo, Jesús dijo con tono patético y lastimoso: “He aquí
vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora
no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre
del Señor.” Hasta aquí había llamado al templo casa de su Padre;
pero ahora, al salir el Hijo de Dios de entre sus murallas, la presencia
de Dios se iba a retirar para siempre del templo construído para su
gloria. Desde entonces sus ceremonias no tendrían significado, sus
ritos serían una mofa.
[574]
Deuteronomio 6:8
.
Salmos 111:9
.