Página 582 - El Deseado de Todas las Gentes (1955)

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El Deseado de Todas las Gentes
la gente y llevaron a muchos al desierto. Magos y hechiceros que
pretendían tener un poder milagroso arrastraron a la gente en pos de
sí a las soledades montañosas. Pero esa profecía fué dada también
para los últimos días. Se trataba de una señal del segundo adveni-
miento. Aun ahora hay falsos cristos y falsos profetas que muestran
señales y prodigios para seducir a sus discípulos. ¿No oímos el cla-
mor: “He aquí en el desierto está”? ¿No han ido millares al desierto
esperando hallar a Cristo? Y de los miles de reuniones donde los
hombres profesan tener comunión con los espíritus desencarnados,
¿no se oye ahora la invitación: “He aquí en las cámaras” está? Tal es
la pretensión que el espiritismo expresa. Pero, ¿qué dice Cristo? “No
creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra
hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre.”
El Salvador dió señales de su venida y aun más que eso, fijó el
tiempo en que la primera de estas señales iba a aparecer. “Y luego
después de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la
luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes
de los cielos serán conmovidas. Y entonces se mostrará la señal del
Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus
de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes
del cielo, con grande poder y gloria. Y enviará sus ángeles con gran
voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de
un cabo del cielo hasta el otro.
Cristo declaró que al final de la gran persecución papal, el sol
se obscurecería y la luna no daría su luz. Luego las estrellas caerían
del cielo. Y dice: “De la higuera aprended la parábola: Cuando ya
su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está
cerca. Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed
que está cercano, a las puertas.”
Cristo anuncia las señales de su venida. Declara que podemos
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saber cuándo está cerca, aun a las puertas. Dice de aquellos que vean
estas señales: “No pasará esta generación, que todas estas cosas
no acontezcan.” Estas señales han aparecido. Podemos saber con
seguridad que la venida del Señor está cercana. “El cielo y la tierra
pasarán—dice,—mas mis palabras no pasarán.”
Cristo va a venir en las nubes y con grande gloria. Le acompaña-
rá una multitud de ángeles resplandecientes. Vendrá para resucitar a
los muertos y para transformar a los santos vivos de gloria en gloria.