Una nueva creación, 18 de enero
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu
recto dentro de mí.
Salmos 51:10
.
Sea su oración a Dios: conviérteme en lo más íntimo
Suplíquele
a Dios que le dé el poder transformador de su gracia. Aférrese a su
Salvador como lo hizo Jacob, hasta que Dios no sólo le revele lo que Ud.
es, sino que se revele a sí mismo a Ud. y Ud. vea en Jesús una fuerza y
sostén, brillo y poder que Ud. nunca antes advirtió ni comprendió. La
salvación de su alma está en gran peligro, y ahora, le ruego, no engañe
a su propia alma. Si su fe se aferra perseverantemente de las promesas,
Ud. prevalecerá. Esa es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.
Mientras Ud. sea leal a sí mismo, ningún poder adverso de la tierra
ni del infierno podrá destruir su paz ni interrumpir su comunión con
Dios. Si Ud. teme a Dios, no necesita caminar con incertidumbre. Si Ud.
agrada a Dios, con seguridad recibirá todo lo que necesita su alma. El
lenguaje de un cristiano eminente fue: “No hay nada en el universo que
yo tema, sino que no sepa todo mi deber, o que fracase en cumplirlo”...
Defienda a Jesús, aunque le requiera cualquier sacrificio o desprendi-
miento. Defienda a Jesús; en cualquier lugar, en cualquier lugar defienda
a Jesús. Haga toda su obra como si pudiera ver a través del velo y los
ojos de Dios estuvieran dirigidos plenamente sobre Ud., captando cada
acción. Él ha comprado a Ud. con su propia sangre y cuando Ud. ne-
cesite ayuda, demándela de él y la tendrá. Entonces es cuando Jesús lo
defenderá a Ud.
Su corta e incierta vida sea una preparación continua para la vida
futura e inmortal. Se permite que la tentación nos sobrevenga para
descubrir el carácter que poseemos y para mejorar nuestros defectos...
Haga depender su alma impotente de Dios. Siga la luz que le es dada
del cielo.—
Carta 42, 1879
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e una carta de exhortación personal.
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