Página 509 - El Evangelismo (1994)

Basic HTML Version

El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas
505
se encuentran bajo la influencia controladora de su Espíritu Santo.
La única norma de carácter correcta es la santa ley de Dios, y es
imposible para los que convierten a esa ley en la regla de su vida
unirse en confianza y en fraternidad cordial con los que convierten
la verdad de Dios en una mentira y que consideran la autoridad de
Dios como algo de ningún valor.
Entre el hombre mundano y el que sirve fielmente a Dios existe
un abismo de diferencia. Sus pensamientos, simpatías y sentimientos
no armonizan en lo que respecta a los temas más grandiosos: Dios,
la verdad y la eternidad. Una de estas clases está madurando como
el trigo para el granero de Dios, y la otra como la cizaña para los
fuegos de la destrucción. ¿Cómo podría haber unidad de propósitos
entre ambas? “¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios”.
Santiago 4:4
. “Ninguno puede servir a
dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará
al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas”.
Mateo 6:24
.—
Should Christians Be Members of Secret
Societies?, 3-10 (1892)
.
Una separación bien definida
—Una noche encontré al Hno.—
-y le dije que tenía algo para él de parte del Señor. Me dijo: “¿Por
qué no me lo da ahora?” Yo me sentía muy débil, pero él vivía en—-,
a 16km del edificio escolar que iba a ser mi hogar. De modo que
me levanté y le leí cincuenta páginas manuscritas con respecto a
las oficinas y también a individuos particulares que trabajaban en la
oficina
Hablé... claramente y con toda definición con referencia a su obra
pasada y a la gran pérdida que él había representado para la oficina.
Su conexión con la francmasonería había absorbido su tiempo y
había entorpecido su visión espiritual. Su mente y sus pensamientos
se habían centrado sobre esa organización; y en ella había infieles,
borrachines y toda clase de gente. Y él estaba vinculado con esa
sociedad secreta. Había una sola cosa que podía hacer: cortar su
conexión con ella y colocarse plenamente del lado del Señor; porque
era imposible que sirviera al mismo tiempo a Dios y a Mammón.
[451]
Se hace referencia a una comunicación de la que se extrajo el artículo anterior.