Página 60 - Fe y Obras (1984)

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Fe y Obras
¿Has estado asimilando las preciosas verdades, punto tras punto,
así como han sido presentadas? ¿O has estado pensando en seguir
tus propias ideas y opiniones, y lees y juzgas la Palabra de Dios
por tus opiniones y teorías? ¿O cotejarás tus ideas y teorías con la
Palabra de Dios permitiendo que los oráculos vivientes te revelen
dónde están las deficiencias y
los defectos en tus ideas y teorías?
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No podemos tomar la posición de que juzgaremos la Palabra de
Dios porque creímos tal y tal cosa. “¡A la ley y al testimonio! Si
no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.
Isaías
8:20
.
Si hubo alguna vez un pueblo que necesitó luz, es el que está vi-
viendo en los días finales de la historia de esta tierra. Queremos saber
qué dice la Escritura. Anhelamos allegarnos a los oráculos vivientes
de Dios. Queremos esa fe viva que ase el brazo del poder infinito,
y deseamos confiar con todo nuestro ser en Cristo Jesús nuestra
justicia. Y podemos hacerlo. Sí, lo hacemos provechosamente para
el interés de nuestra propia alma.
Tú puedes unirte a la Vid viviente. Cada miembro de tu ser
entero puede unirse a esa Vid, y la savia y el alimento que vienen
de la vid nutrirán la rama que está en la Vid, hasta que seas uno con
Cristo como El era uno con el Padre. De esa manera sus bendiciones
te serán impartidas. Pero, hermanos, no hemos tenido fe. Hemos
deshonrado a Dios con nuestra incredulidad demasiado tiempo.
La fe del paralítico
Me referiré al paralítico que no había usado sus miembros por
muchos años. Allí estaba. Los sacerdotes, los doctores de la ley
y los escribas examinaron su caso y lo declararon incurable. Le
dijeron que por su propio pecado había caído en esa condición, y
que no había esperanza para él. Pero le llegó la noticia de que había
un hombre llamado Jesús que estaba realizando obras poderosas.
Sanaba a los enfermos, y hasta había resucitado a los muertos. “Pero
¿cómo puedo ir a El?” -preguntó.
“Nosotros te llevaremos a Jesús -replicaron sus amigos-, ante su
misma presencia; nos enteramos de que El ha venido a tal lugar”.
[67]
3-FyO