Página 218 - El Hogar Cristiano (2007)

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Capítulo 45—El primer deber de la madre
Posibilidades de un niño bien enseñado
—Dios ve todas las
posibilidades que hay en esa partícula de humanidad. Ve que con
la debida preparación el niño llegará a ser un poder para el bien
en el mundo. Observa con ansioso interés para ver si los padres
llevarán a cabo su plan o si por una bondad equivocada destruirán su
propósito y por su indulgencia excesiva causarán la ruina del niño
para este tiempo y la eternidad. Transformar a este ser desamparado
y aparentemente insignificante en una bendición para el mundo y
una honra para Dios es una obra grandiosa. Los padres no deben
tolerar que cosa alguna se interponga entre ellos y la obligación que
tienen para con sus hijos
Una obra para Dios y la nación
—Los que observan la ley
de Dios consideran a sus hijos con sentimientos indefinibles de
esperanza y temor, al preguntarse qué parte desempeñarán en el
gran conflicto que los espera. La madre ansiosa pregunta: “¿Qué
decisión tomarán? ¿Qué puedo hacer con el fin de prepararlos para
desempeñar bien su parte, de modo que obtengan la gloria eterna?”
Grandes responsabilidades pesan sobre vosotras, madres. Aunque
no os destaquéis en los consejos nacionales, ... podéis hacer una
gran obra para Dios y vuestra nación. Podéis educar a vuestros hijos.
Podéis ayudarles a desarrollar caracteres que no vacilarán ni serán
inducidos a hacer lo malo, sino que influirán en otros para que hagan
lo bueno. Por vuestras fervientes oraciones de fe, podéis mover el
brazo que mueve el mundo
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En la infancia y la juventud es cuando se debe dar instrucción.
Debe educarse a los niños para que sean útiles. Se les debe enseñar
a hacer lo que es necesario hacer en la vida familiar; y los padres
deben dar a estos deberes un carácter tan agradable como sea posible
mediante bondadosas palabras de instrucción y aprobación
Muchos descuidan la educación en el hogar
—A pesar del tan
elogiado progreso que se ha alcanzado en los métodos educativos, la
preparación actual de los niños adolece de una triste deficiencia. Lo
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