Página 303 - El Hogar Cristiano (2007)

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Mayordomos de Dios
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remos sabiamente y conforme a su santa voluntad. No nos regiremos
por las costumbres y modas del mundo. No ajustaremos nuestros
deseos a sus prácticas, ni permitiremos que nos dominen nuestras
inclinaciones
En nuestro uso del dinero haremos de él un agente de mejo-
ramiento espiritual porque lo consideraremos como un cometido
sagrado, que no ha de emplearse para fomentar el orgullo, la vanidad,
el apetito o la pasión
Me fué mostrado que el ángel registrador anota fielmente toda
ofrenda dedicada a Dios y puesta en la tesorería, y también el resul-
tado final de los recursos así consagrados. El ojo de Dios reconoce
todo centavo dedicado a su causa y la buena o mala disposición del
dador. El motivo que impulsa a dar es también anotado
La familia debe dar sistemáticamente
—“El primer día de la
semana, cada uno de vosotros ponga aparte algo, para guardarlo,
según haya prosperado.” Cada miembro de la familia, desde el mayor
hasta el menor, puede tomar parte en esta obra de benevolencia. ...
El plan de la benevolencia sistemátic
resultará para cada familia
en una salvaguardia contra las tentaciones a gastar recursos en cosas
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innecesarias, y será especialmente una bendición para los ricos al
guardarlos de cometer prodigalidades.
Cada semana lo que Dios requiere de cada familia debe ser
recordado por cada uno de sus miembros para cumplir plenamente
el plan; y en la medida en que se haya negado alguna cosa superflua
a fin de tener recursos que poner en la tesorería, quedarán inculcadas
en su corazón lecciones valiosas en cuanto a ser abnegados para
gloria de Dios. Una vez a la semana cada uno se ve frente a frente
con lo que ha hecho durante la semana anterior, frente a los medios
que podría tener si hubiese sido económico y a los recursos que no
tiene por haberse complacido a sí mismo, y, como si fuera emplazada
delante de Dios, su conciencia le aprueba o le acusa. Aprende que
para conservar la paz del espíritu y el favor de Dios, debe comer,
beber y vestir para gloria de él
En primer lugar, lo que Dios requiere
—Los requerimientos
de Dios ocupan el primer lugar. No estamos haciendo su voluntad
Nota: Se alude aquí a la práctica que al principio seguia la iglesia, de poner aparte
cada semana los diezmos y las ofrendas.—Los compiladores.